El BCE reconoce que algunos bancos tendrán dificultades si la crisis empeora

Bancos europeos

El BCE reconoce que algunos bancos tendrán dificultades si la crisis empeora

Las pérdidas crediticias del sector oscilarán entre los 180.000 y los 385.000 millones en función de la gravedad de la recesión.

El presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria

Los bancos de la zona euro cuentan con la capacidad para resistir al estrés causado por la pandemia de COVID-19, aunque en el caso de un significativo agravamiento de la situación varias entidades podrían verse en dificultades para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital y deberían tomar medidas al respecto, aunque a nivel general el déficit permanecería contenido, según revelan las pruebas de vulnerabilidad a las que el Banco Central Europeo (BCE) ha sometido al sector.

Este examen evaluó cómo el impacto económico causado por el brote de coronavirus afectaría a 86 bancos de la zona del euro y tuvo como objetivo identificar vulnerabilidades potenciales dentro del sector bancario en un horizonte de tres años. «En general, los resultados muestran que el sector bancario de la zona del euro puede soportar el estrés inducido por la pandemia», ha subrayado la institución.

El análisis de vulnerabilidad del BCE se centró en dos escenarios establecidos en las proyecciones macroeconómicas de la institución, publicadas el pasado mes de junio. El escenario central, que es más probable que se materialice según los técnicos del BCE, prevé que el producto interno bruto (PIB) real en la zona del euro disminuya un 8,7% en 2020, con un crecimiento del 5,2% y del 3,3% en 2021 y 2022, respectivamente.

Por su parte, el escenario severo, que representa un desarrollo más adverso, pero aún plausible, de la crisis, prevé una disminución del PIB real del 12,6% en 2020 y un crecimiento del PIB del 3,3% y 3,8% en 2021 y 2022, respectivamente.

Estos supuestos recogen también el impacto de las medidas de alivio monetario, fiscal y de supervisión tomadas en respuesta a la crisis del coronavirus, incluyendo los planes nacionales de protección laboral, las medidas de apoyo fiscal, avales y las medidas de auxilio operativas por parte de la Supervisión Bancaria del BCE, así como las recientes medidas a escala europea para proporcionar socorro en virtud de algunas de las disposiciones del Reglamento sobre requisitos de capital.

«Los resultados muestran lo importante que fue que los bancos fortalecieran su posición de capital en los últimos años como resultado de las reformas regulatorias posteriores a la crisis financiera», ha señalado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, quien ha subrayado que la coordinación de políticas y las medidas de apoyo han ayudado ya a mitigar el impacto de la pandemia en la economía.

«Sin embargo, si la situación empeora en la línea del escenario severo, las autoridades deben estar preparadas para implementar medidas adicionales para evitar un desapalancamiento simultáneo por parte de los bancos, lo que podría profundizar la recesión y afectar severamente la calidad de sus activos y capital posiciones», ha advertido.

Bajo la hipótesis central, que ya prevé una recesión severa, el índice promedio de capital básico de máxima calidad (CET1) de los bancos, un indicador clave de solidez financiera, se deterioró solo en 1,9 puntos porcentuales, bajando al 12,6% en 2022 desde el 14,5%. «Como resultado, los bancos podrían continuar cumpliendo su función de préstamos a la economía», señala el BCE.

De su lado, en el escenario más severo, el CET1 promedio de los bancos se consumiría en 5,7 puntos porcentuales, hasta el 8,8% en 2022 desde el 14,5%, por lo que el BCE advierte de que «varios bancos tendrían que tomar medidas para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital, aunque el déficit general permanecería contenido».

Los principales impulsores del agotamiento del capital de las entidades serían las exposiciones crediticias deterioradas, las pérdidas por riesgo de mercado y la menor rentabilidad. Como se esperaba, los bancos más rentables experimentaron una disminución menor en sus ratios de CET1.

«El sector bancario europeo se encuentra en una posición muy sólida para resistir un ‘shock’ sin precedentes, algo de lo que nunca hemos sido testigos en la UE en cuanto a profundidad de la recesión. En el escenario que nuestros economistas consideran más probable, los bancos consumirían un 1,9% de capital, que es algo manejable y permitiría a las entidades seguir apoyando a la economía», ha señalado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, en declaraciones a la cadena CNBC, recogidas por Europa Press.

«Pero si nos vamos a un escenario severo, que los economistas consideran plausible y no podemos descartarlo, el consumo de capital sería bastante material, con un 5,7%, con algunos bancos que se enfrentarían a dificultades para seguir cumpliendo con los requisitos mínimos», ha apuntado el banquero italiano.

En este sentido, según el escenario central manejado por el BCE en su examen, Enria ha señalado que el deterioro en las carteras de crédito de los bancos de la eurozona podría rondar los 180.000 millones de euros, «una cifra bastante elevada», mientras que en el escenario adverso planteado las pérdidas crediticias alcanzarían unos 385.000 millones de euros, «lo que supone una enorme cifra de pérdidas».

De esta manera, como medida de precaución, el BCE ha decidido extender hasta el 1 de enero de 2021 su recomendación a la banca de no repartir dividendos y no efectuar recompras de acciones propias para preservar el capital de las entidades, ampliando así en tres meses las actuales restricciones, en vigor desde el pasado mes de marzo, según ha comunicado el instituto emisor.

Esta recomendación actualizada sobre la distribución de dividendos sigue siendo temporal y excepcional y tiene como objetivo preservar la capacidad de los bancos para absorber pérdidas y apoyar a la economía en este entorno de incertidumbre excepcional», ha indicado el BCE, asegurando que dará a los bancos suficiente tiempo para reponer sus reservas de capital y liquidez para no actuar procíclicamente.

En su decisión, el BCE ha destacado el elevado grado de incertidumbre, que dificulta que los bancos pronostiquen con precisión sus posiciones de capital, señalando que el análisis de vulnerabilidad realizado al sector demuestra que el nivel de capital en el sistema podría disminuir significativamente si se materializara un escenario severo.

No obstante, el BCE ha señalado que revisará si esta postura sigue siendo necesaria en el cuarto trimestre de 2020, teniendo en cuenta el entorno económico, la estabilidad del sistema financiero y la fiabilidad de la planificación del capital.

«Una vez que la incertidumbre que requiere esta recomendación temporal y excepcional disminuya, los bancos con posiciones de capital sostenibles pueden considerar reanudar los pagos de dividendos», ha apuntado el BCE.

A este respecto, Andrea Enria ha afirmado, en declaraciones a la CNBC, recogidas por Europa Press, que «sería muy imprudente» no ceñirse a la recomendación del BCE y dejar salir capital del sistema en un momento en que la incertidumbre sobre la calidad de los activos es tan elevada.

Asimismo, el jefe de la supervisión bancaria del BCE ha señalado que la postura en el futuro sobre los dividendos de la banca no depende tanto de la profundidad de la recesión sino sobre la certidumbre sobre la trayectoria de capital, lo que permitiría diferencias entre bancos en mejor o peor situación «y por tanto qué bancos pueden repartir dividendos y cuáles deberían ser más cuidadosos».

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