Las mujeres monomarentales, las que más dificultades tienen para el empleo, según Acción contra el Hambre

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Las mujeres monomarentales, las que más dificultades tienen para el empleo, según Acción contra el Hambre

3 de cada 10 familias están recibiendo menos de 500 euros al mes y casi 7 de cada 10 está por debajo de 999 euros

Un niño junto a su madre

Las familias monomarentales con menores a su cargo son las que más dificultades han tenido para acceder al empleo durante la pandemia de coronavirus, y las que más dificultades tienen tras ella.

«Su red de apoyos, como el colegio y los abuelos, están paralizados. La conciliación es casi imposible y esto les obliga a quedarse fuera del mercado laboral», señala el responsable de Acción Social en Acción contra el Hambre, Pablo Soriano.

Esta es una de las principales conclusiones del análisis que la organización ha realizado para conocer las necesidades de las familias españolas y en el que se refleja que 3 de cada 10 familias están recibiendo menos de 500 euros al mes y que casi 7 de cada 10 está por debajo de 999 euros.

Según afirma Soriano, «los recursos de conciliación son clave para el acceso y mantenimiento del empleo de las mujeres en general y de manera determinante para las mujeres monomarentales», pues tal y como advierte, la crisis sanitaria ha hecho que familias que estaban en riesgo de exclusión se encuentren en una situación más extrema.

La ONG considera que en los próximos meses, esta crisis socioeconómica derivada de la COVID-19 «golpeará con más fuerza» no solo por el incremento de hogares sin empleo e incertidumbre sino también por la pérdida de los empleos informales.

«Las familias cuyos ingresos provengan del mercado laboral informal sufrirán mayores dificultades económicas al desaparecer su actividad económica principal», dice Soriano.

Es el caso de Almudena (nombre ficticio), que vive con su tía y tiene una hija de 12 años, cuyo único sustento era el cuidado de una mujer mayor, que reconoce que sobrevive gracias a la «generosidad» de su tía.

LA BRECHA DIGITAL Y EDUCACIONAL EN LA INFANCIA

Acción contra el Hambre también pone el foco en las consecuencias de la COVID-19 en los niños y niñas. Los resultados del análisis muestran que los menores de familias afectadas por la brecha digital, con menos recursos educativos y menor nivel de estudios, parten con una desventaja educativa con respecto al resto del alumnado.

«En el corto plazo, esto provoca una pérdida de aprendizaje, y en el medio plazo, un desfase curricular respecto al resto de niños y niñas cuyas familias sí tienen los recursos necesarios para seguir el ritmo. En el futuro, limitará sus posibilidades de mejorar la situación económica de origen y, por tanto, la igualdad de oportunidades», indica Soriano.

Así, la carga mental ha afectado en mayor medida a las mujeres, al ser en ellas en quienes ha recaído el cuidado de la familia. «Y si hablamos de madres de hijos con discapacidad, necesidades educativas especiales y monomarentales, el estrés emocional al que estaban sometidas era todavía más alto», señala Soriano.

Acción contra el Hambre está adaptando y reforzando todos sus programas de empleo en España ante la «inminente exclusión social» de 6 millones de personas por la crisis de la enfermedad y la paralización económica de la COVID-19. Esta organización está facilitando ayuda alimentaria a través de tarjetas electrónicas a las familias más vulnerables.

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