La derrota de Calviño, ¿un aviso de lo países pequeños antes de la cumbre europea?

Eurogrupo

La derrota de Calviño, ¿un aviso de lo países pequeños antes de la cumbre europea?

Calviño asegura que tenía “apalabrados” los diez votos necesarios para ser presidenta del Eurogrupo.

La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño

La derrota de Nadia Calviño frente a Paschal Donohoe en la carrera por la presidencia del Eurogrupo no solo ha supuesto un jarro de agua fría para las aspiraciones españolas de ganar más influencia en las altas esferas comunitarias, sino que puede ser interpretado también como un portazo en la cara de los grandes países del bloque y un toque de atención respecto a las duras negociaciones que se esperan en un futuro próximo para la salida de la crisis provocada por la pandemia.

Alemania, Francia, Italia y por supuesto España apoyaban a Calviño, un respaldo de las cuatro principales economías de la eurozona difícil de ver. Hoy mismo, la ministra ha reconocido en declaraciones a Onda Cero que tenía “apalabrados” los diez votos que eran necesarios para su elección. Sin embargo, algún ministro cambió de opinión y a la hora de la verdad Donohoe se llevó el gato al agua con el apoyo de los países más pequeños y del este de Europa.

“Partíamos con importantes desventajas porque hay una mayoría de gobiernos del Partido Popular en Europa, porque ya veníamos de una presidencia de un país, no sólo del Sur, sino de un país hermano; nunca ha habido una presidencia de un país grande precisamente porque el sistema de voto da más peso a los países pequeños, por no hablar de que soy la única mujer en esa mesa”, ha argumentado Calviño.

Pero el movimiento puede tener implicaciones en el siempre sensible equilibrio de poderes dentro de las instituciones comunitarias. “Esta decisión puede resultar relevante de cara a una mayor integración europea, de la que era partidaria Calviño y de la que recelan los países nórdicos, muchos de los cuales abogan por una política fiscal más restrictiva y practican una política de competencia fiscal para atraer multinacionales a sus países”, señalan los analistas de Renta 4 en su comentario diario fundamental.

Y es que la revuelta de los países pequeños puede ser interpretada como una declaración de intenciones antes de las conversaciones en la Cumbre la próxima semana, donde Alemania y Francia están tratando de ganar el respaldo para el paquete de estímulo propuesto por la Comisión Europea.

“Necesitamos entender las posiciones de las economías pequeñas y medianas”, valoró Gernot Bluemel, el ministro de finanzas austríaco, tras el nombramiento de Donohoe. “Irlanda ha seguido una agenda de reforma disciplinada en los últimos años y conoce los desafíos y requisitos de los mecanismos de ayuda europeos”.

No obstante, Donohoe puede ser una figura que sirva para tender puentes. Según publica Bloomberg, siempre ha predicado la necesidad de una disciplina fiscal, pero al mismo tiempo respalda el impulso del sur de Europa para la mutualización de la deuda durante la crisis del coronavirus. Algo similar ocurre en materia fiscal, donde se ha sumado a los esfuerzos internacionales para revisar el sistema global de impuestos corporativos, sin dejar de insistir en que los países más pequeños del bloque necesitan el derecho de establecer sus propias tasas impositivas.

Todas las miradas apuntan ahora a la Cumbre de la Unión Europea de los días 17 y 18 de julio, en la que los países intentarán llegar a un acuerdo sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros propuesto por la Comisión Europea. La intención del Ejecutivo comunitario es que buena parte de ese dinero se distribuya a través de transferencias directas o subvenciones, mientras que algunos países abogan por préstamos sujetos a cierta condicionalidad. Al frente de estos últimos se sitúa Países Bajos, cuyo primer ministro, Mark Rutte, ha acelerado los contactos con otros líderes en los últimos días.

Más información