La economía española se hundió un 50% durante la fase más dura del confinamiento

Recesión

La economía española se hundió un 50% durante la fase más dura del confinamiento

El Banco de España calcula un desplome del PIB del 20% en el segundo trimestre.

Banco de españa

“La gravedad de la pandemia y las medidas de contención aplicadas, tanto en nuestro país como en la mayoría de nuestros socios comerciales, han dado lugar a una profunda recesión”, según señala el Banco de España en su último ‘Informe trimestral de la economía española’ publicado hoy. En él, los hombres de Pablo Hernández de Cos calculan un desplome del producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre de un 20%, tras la caída del 5,2% experimentada ya en el primer parcial del año.

“El descenso de la actividad durante el período de confinamiento habría sido mayor en España en comparación con el conjunto del área del euro, debido a la mayor severidad de las medidas aplicadas y al mayor peso de las actividades más expuestas a la interacción social en la estructura sectorial de nuestro país”, señalan los autores del informe en referencia al sector servicios en general y el turismo en particular.

De este modo, la caída del PIB español se habría “intensificado notablemente” en el segundo trimestre, desde la caída de un 5,2% en el primer trimestre, “hasta situarse en una horquilla cuyo punto medio sería un descenso cercano al 20% intertrimestral”. En concreto, las tasas estimadas se sitúan en el ‑16% en el escenario de recuperación temprana y en el ‑21,8% en el de recuperación gradual.

El período comprendido entre el inicio del confinamiento y el comienzo de la desescalada abarca siete semanas, explica el Banco de España, de las cuales solo las dos primeras corresponden al primer trimestre, y el resto, al segundo. En ese período, del 15 de marzo al 4 de mayo, “se estima que la actividad económica en España habría disminuido en torno a un 30% con respecto a su nivel en ausencia de pandemia, salvo durante la vigencia de la suspensión de actividades no esenciales (entre el 30 de marzo y el 9 de abril), en el que se estima que la reducción de la producción habría rondado el 50%”.

Además, hay que tener en cuenta que el período de desescalada “ha venido asociado asimismo a pérdidas de producción con respecto a su nivel habitual, que, aunque decrecientes, se han mantenido hasta el final del trimestre”.

Para el conjunto del año, el Banco de España calcula una caída del PIB de entre un 9% y un 11,6% en los escenarios de recuperación temprana y gradual. Estos dos escenarios se complementan con un tercero —de riesgo—, en el que la recuperación tendría lugar a un ritmo muy lento y la disminución del PIB ascendería al 15,1%. Solamente en el escenario de recuperación temprana, el nivel del PIB al final de 2022 superaría al previo a la crisis, “lo que subraya la posibilidad de que las consecuencias de la crisis tengan un componente duradero”, señalan los autores.

La tasa de paro subirá al 20% en el segundo trimestre

En lo que se refiere al mercado laboral, el empleo se ha visto “muy afectado por la pandemia, si bien la afiliación mostró un aumento modesto en mayo, sobre todo en la construcción, después de los fuertes descensos observados desde mediados de marzo”.

Así, la tasa de paro experimentará un “aumento significativo en el segundo trimestre”, pasando del 14,4% de la población activa (según la EPA) en el primer trimestre, a “acercarse al 20% en el segundo”. “Cabe recordar que, bajo ciertas condiciones, los trabajadores en situación de ERTE no se consideran, en aplicación de los criterios estadísticos europeos, como desempleados, en la medida en que mantienen una vinculación con su empresa”, recuerda la institución.

En lo que se refiere a esta herramienta, el Banco de España señala en su informe que la utilización de los ERTE comenzó a disminuir en mayo. A finales de mes casi 3 millones de trabajadores (el 21,3% de los asalariados) estaban afectados por un ERTE, lo que implica un descenso del 11,5% respecto a las cifras referidas al último día laborable de abril. La disminución obedeció a la evolución de los ERTE por fuerza mayor (que se redujeron un –14,9%, lo que supone casi 460.000 trabajadores). Una parte de ese retroceso pudo explicarse quizás por su transformación en ERTE por otras causas (que aumentaron en unas 70.000 personas).

En términos geográficos, el descenso observado en la cifra de trabajadores afectados por ERTE fue superior en aquellas provincias en una fase más avanzada de la desescalada. Por ramas de actividad, la incidencia de los ERTE disminuyó más intensamente en algunas ramas de servicios, como los otros servicios (–14,6 pp), la hostelería (–7,1 pp) o el comercio (–6,2 pp), y en la construcción (–6,3 pp). No obstante, en el caso de la hostelería, el 77% de los asalariados todavía permanecían afectados por un ERTE a finales de mayo.

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