La amenaza de la desigualdad: hostelería y comercio no serán esta vez refugio contra el paro

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La amenaza de la desigualdad: hostelería y comercio no serán esta vez refugio contra el paro

“La crisis actual probablemente exacerbará las divisiones sociales, económicas e incluso raciales” en todo el mundo, considera DWS.

Camareros

No es extraño que una crisis económica acentúe las desigualdades entre ricos y pobres, pero en el caso de la provocada por la pandemia del coronavirus Covid-19 este salto será aún mayor, según avisan los expertos: sectores de bajos salarios como la hostelería y el comercio no podrán absorber en esta ocasión la demanda de empleo, afectados por la caída de la demanda y las medidas de distanciamiento social, mientras que en otras áreas mejor remuneradas el teletrabajo incluso podría acabar teniendo efectos positivos.

Por ahora, “es demasiado pronto para evaluar los efectos completos sobre la estabilidad política, la cohesión social y la capacidad productiva en el mundo”, señala Johannes Müller jefe de Investigación Macro de DWS, la gestora de Deutsche Bank. Sin embargo, “nuestro análisis sector por sector sugiere un área de preocupación. Durante una recesión típica, los trabajos del sector de servicios con salarios relativamente bajos, como los de la hostelería y el comercio minorista, tienden a absorber a algunos de los que ingresan al mercado laboral, o aquellos cuyas habilidades ya no son más demandadas”.

“En la depresión actual, es poco probable que este tipo de trabajos regrese por completo en el corto plazo, y mucho menos ofrezcan empleo para aquellos despedidos por otros sectores. Como resultado, la crisis actual probablemente exacerbará las divisiones sociales, económicas e incluso raciales”.

La situación es aún más preocupante teniendo en cuenta que, incluso antes de que la pandemia golpeara, muchos países habían visto aumentar sus coeficientes de Gini*, destaca el experto del banco alemán. “La desigualdad de ingresos tiende a limitar el acceso a la atención médica y puede ahora exacerbar el daño de la Covid-19”.

En términos generales, DWS augura que la capacidad productiva de la economía mundial siga viéndose afectada al menos dos años, aunque “en bastantes áreas es probable que la experiencia de confinamiento resulte neutral en cuanto a la productividad, o quizás incluso ligeramente positiva”. “Entre los trabajadores de oficina de cuello blanco, la necesidad de distanciamiento significa que se requiere más espacio para cada empleado que realmente trabaja en la oficina. Dichos trabajadores y sus empleadores han adquirido mucha práctica de primera mano trabajando desde casa. Con el tiempo, es probable que esto conduzca a cambios en su funcionamiento, tal vez incluso reduzca la necesidad de un costoso espacio de oficina en áreas urbanas abarrotadas”, explica Müller.

La actividad manufacturera “también puede recuperarse rápidamente a los niveles previos al cierre, aunque es probable que las medidas de distanciamiento social generen mayores costos por unidad producida”.

Por el contrario, “las empresas de hostelería y minoristas se enfrentan a limitaciones de capacidad semipermanentes además de la disminución de la demanda”, explica el analista de DWS. “Del mismo modo, es probable que los flujos de viajes turísticos se vean gravemente afectados durante muchos meses”.

“El efecto neto es que vemos que la actividad se recupera una vez que se levantan las medidas de confinamiento, pero solo hasta que las restricciones de capacidad comienzan a entrar en acción. A partir de entonces, creemos que la recuperación solo puede continuar en cámara lenta”, destaca el experto, por lo que “no esperamos que la mayoría de los países industrializados alcancen niveles de producción anteriores a la crisis antes de 2022”.

*El coeficiente de Gini mide la desigualdad de ingresos después de impuestos y transferencias. Un coeficiente de cero indicaría una distribución de ingresos completamente igual y un 1 una desigualdad completa.

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