El BCE no renuncia a crear un ‘banco malo’ para la eurozona si la crisis empeora, según Moody’s

El BCE no renuncia a crear un ‘banco malo’ para la eurozona si la crisis empeora, según Moody’s

"La opción de un 'banco malo' sería positiva para el crédito de los bancos europeos".

Christine Lagarde, futura presidenta del BCE

La creación de un ‘banco malo’ de la zona euro parece seguir siendo una de las posibles alternativas que el Banco Central Europeo (BCE) contempla ante un hipotético empeoramiento de la crisis de la Covid-19 que provocase un deterioro sustancial del valor de los activos de la banca, según opina la agencia Moody’s ante comentarios recientes al respecto por parte de Andrea Enria, presidente del Consejo de supervisión del banco central y publicados por la institución en su último Informe de Estabilidad Financiera.

Enria, en una carta remitida al parlamentario alemán Frank Schaffle, expresaba el pasado 25 de mayo su opinión personal favorable al concepto de una agencia europea de gestión de activos, equivalente a un ‘banco malo’, en el caso de un deterioro significativo de los activos del sistema por la crisis de la Covid-19, mientras que en su último Informe de Estabilidad Financiera el BCE mencionaba la utilidad de este tipo de instrumentos a la hora de abordar un aumento de la morosidad y los préstamos improductivos.

«La opción de un ‘banco malo’ sería positiva para el crédito de los bancos europeos, porque implicaría algún grado de apoyo gubernamental donde fuera necesario, lo que ayudaría a las entidades a proteger su solvencia y probablemente a evitar quiebras», señalan los analistas de Moody’s.

No obstante, desde la calificadora de riesgos recuerdan que este proyecto, que ha sobrevolado desde hace meses el panorama de la eurozona, se enfrenta a obstáculos, tanto legales como políticos.

«Pensamos que Enria y el Informe de Estabilidad Financiera sugieren que el BCE se está preparando para un escenario en el que las recientes medidas para proteger el capital CET1 de los bancos, como la suspensión de dividendos y operar por debajo de algunos umbrales de capital y liquidez establecidos, no fueran suficientes y se necesitasen medidas más fuertes como el establecimiento de un banco malo», señala la agencia.

En este sentido, desde Moody’s apuntan que las recientes medidas aprobadas por el BCE como supervisor de los bancos europeos resultan eficientes y eficaces siempre y cuando los bancos de la UE solo deban enfrentarse a una contracción económica de corta duración que no se convierta en una crisis total con un fuerte aumento de los préstamos improductivos, lo que debilitaría en gran medida su solvencia y comprometería su capacidad de ayudar a la economía real.

«Dado que las probabilidades de un escenario tan adverso no son nulas, el BCE parece estar explorando todas las opciones con bastante anticipación al desarrollo potencial de los NPL», opina la agencia.

Moody’s recuerda que en 2017, siendo todavía presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), Andrea Enria abogó por articular un marco para el establecimiento de una entidad de gestión de activos en Europa que permitiría a cada país de la UE comprar activos en dificultades de todos los bancos que reportasen índices de morosidad por encima de un cierto umbral sin que implicase la mutualización de la deuda entre países.

El pasado mes de abril, ‘Financial Times’ informaba de que altos funcionarios del BCE habían mantenido contactos con sus homólogos en Bruselas con el objetivo de establecer un ‘banco malo’ de la zona euro que permitiese liberar los balances de los bancos de la región de miles de millones en créditos tóxicos que las entidades aún acumulan desde la crisis financiera de 2008 en previsión del impacto que la pandemia de coronavirus tendrá en el sector.

Entonces, la idea del BCE habría sido rechazada por los representantes de la Comisión, quienes habrían defendido que existen mejores maneras de abordar el problema de los créditos tóxicos, aunque las fuentes consultadas por el rotativo advirtieron de que no se descartaba que más adelante pudieran retomarse retomarse las conversaciones al respecto.

Al final de 2019, el volumen de préstamos no productivos (NPL) de los 121 mayores bancos de la zona euro rondaba los 506.000 millones de euros, alrededor del 3,2% de los balances, lo que representa prácticamente la mitad que hace cuatro años, aunque los bancos griegos, chipriotas, portugueses e italianos aún registraban ratios de NPL superiores al 6%.

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