Ryanair pelea para hundir los rescates públicos de sus competidores

Crisis del coronavirus

Ryanair pelea para hundir los rescates públicos de sus competidores

Su próximo objetivo es Lufthansa, a quien compara con "el tío borracho al final de una boda que bebe de todos los vasos". Aunque el modelo low cost de Ryanair podría estar herido de muerte.

Ryanair

El histriónico presidente de Ryanair, Michael O’ Leary, se ha marcado como misión emprender una batalla contra las aerolíneas rivales que están recibiendo ayudas públicas para sobrevivir a la pandemia del nuevo coronavirus. Su próximo objetivo es Lufthansa, que negocia con el Gobierno alemán un paquete de rescate de 9.000 millones de euros con el que el Estado podría hacerse con una participación del 25% de la compañía.

“Lufthansa anda por ahí aspirando ayuda estatal como el tío borracho al final de una boda, bebiendo de todos los vasos vacíos. No pueden evitarlo”, ha asegurado O’Leary en una entrevista con Bloomberg.

Ryanair impugnará la probable aprobación del paquete de ayuda Lufthansa por parte de la Comisión Europea y, del mismo modo, tratará de derribar el rescate de 7.000 millones de euros de Francia para Air France. “Nosotros no queremos ayudas estatales, pero ahora nos piden que compitamos no con una mano, sino con las dos atadas a la espalda”, asegura.

La aerolínea con sede en Dublín ya ha presentado dos demandas este mes, impugnando la aprobación de exenciones fiscales francesas y las garantías de préstamo de 455 millones de Suecia para las aerolíneas locales. Pero esta alta litigiosidad no es nueva. En los últimos 25 años, Ryanair ha abierto unos 50 casos en los tribunales y en la mayoría de ocasiones para tumbar decisiones del Ejecutivo comunitario, entre ellas, los dos vetos a la adquisición de la compañía rival irlandesa Aer Lingus.

RESCATES PARA TODOS

Ya el mes pasado, O’Leary envió hace un mes una carta a comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en la que advertía de que denunciaría a los países que “regalen selectivamente miles de millones de euros a sus ineficientes compañías de bandera”. Los programas nacionales deberían ser modificados para que Ryanair pueda obtener una parte de los paquetes de rescate asegurándose de que las garantías de préstamo y otros beneficios estén disponibles para “todas las aerolíneas de la UE en proporción a su participación en el tráfico de un país en particular”, señaló en la misiva.

Lufthansa se ha beneficiado del programa de ‘ERTE’ puestos en marcha por Alemania para pagar los salarios de los trabajadores, pero por el momento no ha recibido ayudas estatales, aunque sí las negocia. Además, otras aerolíneas del grupo, como las firmas suizas Swiss y Edelweiss, ya cuentan con el compromiso del consejo federal suizo para recibir garantías por parte del Estado para el 85% de los préstamos por valor de unos 1.419 millones de euros. Bélgica y Austria también negocian ayudas estatales para las divisiones locales de Lufthansa.

En su lucha por los rescates públicos, O’Leary ha apuntado a un posible punto débil de la UE. La crisis del Covid-19 ha obligado al bloque a retorcer sus reglas y permitir que los Gobiernos pongan dinero para evitar la destrucción de las industrias como consecuencia de los confinamientos. Pero el papel de Bruselas es evitar que los apoyos estatales proporcionen una ventaja competitiva injusta a determinadas empresas sobre otras.

Los temores de O’Leary de que las empresas rescatadas puedan salir fortalecidas, reduciendo sus tarifas y absorbiendo a sus rivales son compartidos por la UE. De hecho, las autoridades están tratando de colocar salvaguardias – como una prohibición parcial de la adquisición – para evitar que eso suceda. Al mismo tiempo, los reguladores están bajo una inmensa presión para que se quiten de en medio y dejen que los gobiernos gasten para salvar la economía europea mientras la actividad empresarial se derrumba.

A O’Leary también le preocupa que el dinero de los contribuyentes pueda permitir a Lufthansa adquirir la empresa de transporte de ocio Cóndor, creando un “monopolio más fuerte” en Alemania.

También ha atacado los planes de Italia para rescatar Alitalia, “que ha perdido dinero cada año” desde hace décadas y ahora ocupa el segundo puesto en el mercado italiano, con una cuota del 20%, por detrás de Ryanair, que tiene alrededor de un 35%. “Sobre esa base el gobierno italiano debería darnos 4.000 millones de euros”, asegura O’Leary, quien no obstante afirma no querer ayuda pública de Roma.

LAS LOW COST, EN JAQUE

Pero eso era hasta ahora. La pandemia del Covid-19 ha puesto patas arriba al sector y son muchos los que se plantean si el nuevo escenario acabará con los vuelos low cost. A la devastadora caída del tráfico aéreo se suma la reestructuración de los protocolos a la que se verán obligadas las compañías. Además de la desinfección y otras reglas de seguridad, el obligado distanciamiento social reducirá el número de pasajeros que podrán subirse a los aviones, con la consiguiente subida de precios de los billetes, algo que afectará especialmente a los viajes de corta y media estancia y que puede herir de muerte a las aerolíneas de bajo coste, como Ryanair.

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