La ONU insiste en la necesidad de un alto el fuego en Siria para combatir la pandemia del coronavirus

La ONU insiste en la necesidad de un alto el fuego en Siria para combatir la pandemia del coronavirus

"No podemos permitirnos las hostilidades que seguramente conducirían a otro aumento de las comunidades vulnerables desplazadas".

Imagen de un edificio afectado por los bombardeos en la región siria de Idlib

El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, ha insistido este miércoles en la necesidad de un alto el fuego en el país para permitir que sus ciudadanos, «cansados de la guerra», puedan acceder al equipo y los recursos necesarios para combatir el coronavirus.

«No podemos permitirnos las hostilidades que seguramente conducirían a otro aumento de las comunidades vulnerables desplazadas», ha indicado Pedersen en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. «No podíamos permitirnos este escenario antes de la pandemia; el precio podría ser más alto ahora», ha agregado.

En este contexto, Pedersen se ha ofrecido para trabajar con todas las partes involucradas en el conflicto y con todos los países que tienen influencia en el mismo.

Según ha resaltado, trabajar juntos en los esfuerzos para mantener la calma y ampliar la respuesta a la pandemia «es el único camino responsable». «No hay una solución militar a la crisis de Siria», ha hecho hincapié.

«Debemos actuar sobre nuestra humanidad común, ayudar a generar confianza para avanzar hacia un acuerdo político que pueda satisfacer las aspiraciones legítimas del pueblo sirio», ha concluido.

Por su parte, el coordinador para Asuntos Humanitarios y Respuesta de Emergencia de Naciones Unidas, Mark Lowcock, ha advertido al Consejo de Seguridad sobre los peligros que supone en Siria que la pandemia se comporte de la misma manera que lo ha hecho en otros lugares. Hasta ahora, se tiene constancia de 43 casos.

«No podemos esperar que un sistema de salud diezmado por casi una década de guerra haga frente a una crisis que desafía incluso a las naciones más ricas», ha criticado.

También, ha resaltado que no puede esperarse que «las medidas de mitigación tengan éxito donde millones de personas se ven desplazadas en condiciones de hacinamiento, sin un saneamiento adecuado y sin activos o redes de seguridad a las que recurrir».

Por otra parte, aunque ha reconocido un «aumento modesto» en la capacidad de Siria para realizar pruebas diagnósticas, ha valorado que estos siguen siendo «enormemente insuficientes» y que conseguirlas es una «prioridad humanitaria».

Lowcock ha añadido que el coronavirus «agrava el impacto de la grave crisis económica de Siria» y ha resaltado que, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), durante el año pasado los precios de los alimentos básicos aumentaron en Siria más del 100 por ciento.

Además, y a pesar del alto el fuego, la situación humanitaria en el noroeste de Siria seguiría siendo «tan triste como siempre», con niveles «alarmantes» de retraso en el crecimiento y desnutrición de los lactantes y las mujeres embarazadas.

VIOLENCIA EN AFRIN

Un camión bomba estalló este martes en la ciudad siria de Afrin, atentado que se saldó con 52 muertos. El secretario general de la ONU, António Guterres, lo ha condenado y también ha reiterado la petición de «un alto el fuego completo e inmediato en toda Siria para permitir esfuerzos para abordar la Covid-19». Además, especificó que «quienes violen el Derecho Internacional humanitario y los Derechos Humanos deben rendir cuentas».

En esta línea se ha expresado también el director regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para Oriente Próximo y Norte de África, Ted Chaiban, que ha descrito como «una tragedia» la muerte de once niños en el ataque, en el que resultaron heridos «muchos más».

Así, ha resaltado que esta violencia «no es nueva en Afrin» y ha recordado que a principios de 2018 «casi 56.000 niños se vieron obligados a huir a otras zonas del país» a causa de la ofensiva turca contra la ciudad.

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