El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha evitado este viernes revelar el nombre de la empresa a la que se devolvió los test rápidos para detectar el coronavirus, remitiéndose a sus palabras del pasado 26 de marzo y justificando esta decisión en que España está en un momento en el que «sigue necesitando proveedores». En este sentido, ha agradecido la ayuda de las autoridades chinas para la adquisición de material sanitario.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario, Illa ha negado que el no dar el nombre de la empresa esté motivado por una estrategia de «ocultación». De hecho, ha vuelto a recordar que se devolvió el lote tras una prueba de validación en la que se observó que, a pesar de tener licencia de comercialización, «no tenía los requisitos mínimos en la estrategia de testado» diseñada por el Gobierno.
«No hubo ocultación en ningún momento», ha comentado Illa, subrayando que España está «en un momento que necesita proveedores y que todo el mundo ayude para adquirir productos». En este sentido, ha agradecido especialmente la ayuda prestada desde las autoridades chinas.
El pasado 26 de marzo Illa aseguró que los test rápidos de coronavirus que devolvieron tenían la marca CE, argumentando que su compra tenía a priori todos los requisitos legales. Durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Illa informó de que se adquirieron a un proveedor nacional, aunque sin revelar el nombre de la empresa.
