La pandemia de coronavirus evita el matadero a los corderos de Pascua

Semana Santa

La pandemia de coronavirus evita el matadero a los corderos de Pascua

En muchos países, los ganaderos sufren una caída de las ventas.

Cordero

La primavera se anunciaba próspera para los ganaderos de ovino de todo el mundo, por la concentración de fiestas religiosas, sinónimo de comidas familiares con cordero como plato principal. Eso era antes de que la pandemia de COVID-19 provocara el confinamiento y el cierre de restaurantes.

En muchos países, los ganaderos sufren una caída de las ventas.

«Siete de cada diez griegos optan por el cordero asado para Semana Santa. Este año no será el caso», declaró a la AFP Angelos Asteriou, un negociante de carne del norte de Grecia antes de la Pascua ortodoxa del 19 de abril. Este año no habrá celebraciones familiares tradicionales el domingo de Pascua en las plazas de los pueblos griegos. Las reuniones de más de 10 personas se multan con 1.000 euros.

«Para nosotros, Pascua, debía ser el mercado del año», dice Michelle Baudouin, una ganadera del centro de Francia, donde 500.000 ovejas no irán al matadero debido a estas circunstancias excepcionales.

Abril y mayo constituyen el 80% de las ventas anuales de los ganaderos de ovino franceses, porque las fiestas de las tres grandes confesiones judía, cristiana y musulmana se concentran este año en esos meses.

«Tanto durante la Pascua judía a partir del 8 de abril, la Pascua católica del domingo 12, la ortodoxa del 19 de abril, o el ramadán musulmán del 23 de abril al 23 de mayo, todos consumen cordero, es un símbolo en todas las religiones», explica a la AFP Baudouin, que preside la Federación Nacional Ovina. «Pero no hay mercados, las neveras están llenas y los mataderos de las cooperativas rechazan nuestros animales».

Mataderos al ralentí

Para los franceses, el confinamiento no es el único factor: los criadores dicen que sufren de la «competencia desleal» de las ovejas de Nueva Zelanda, vendidas, según ellos, por debajo de los costes de producción, sacrificadas ya en enero y transportadas en barco en nitrógeno líquido para ser consideradas un producto «fresco».

«Debido a la concentración de fiestas religiosas, se hicieron pedidos con antelación de ovejas neozelandesas, por temor a no tener suficiente con la producción francesa», afirmó una fuente de Interbev, la interprofesional de la carne. Francia sólo proporciona el 43% del consumo del país.

Nueva Zelanda también padece la crisis. La asociación de la industria cárnica estimó que la matanza se ha reducido a la mitad, en parte debido al distanciamiento social en los mataderos. En un año «normal» se matan unos 300.000 corderos por semana entre mediados de febrero y Pascua, según la revista agrícola Farmers Weekly.

Lo mismo ocurre en el Reino Unido: la matanza de cordero ha disminuido considerablemente, según el Comité para el Desarrollo de la Agricultura y la Horticultura (AHDB). En la última semana de marzo (hasta el 28) se sacrificaron 204.000 animales, casi 35.000 menos que el año anterior en esas fechas.

Según Rebecca Wright, analista del AHDB, entran en juego los «problemas financieros de los consumidores», que «gastan menos» y evitan las «carnes más caras».

Una carne cara para el consumidor pero poco rentable para los ganaderos, que en Grecia acusan a los compradores mayoristas de aprovechar la demanda muy baja para obligarles a vender muy barato.

El año pasado el kilo de cordero o de cabra se vendía a 5 euros, ahora a 4 como mucho. Es un desastre», lamenta Panagiotis Langadakis, de 38 años, que cría cabras cerca de Tesalónica.

El ex ministro griego de Agricultura Evangelos Apostolou estimó el mes pasado que se espera que este año más de dos millones de animales se salven del matadero.

Apriscos llenos

«Nuestras exportaciones cayeron un 70%, y hasta un 90% hacia Italia. El descenso también es significativo en España, Alemania y Portugal», señala Asteriou, el negociante que trata con unos 4.000 proveedores griegos.

¿Y qué se va a hacer con estos animales que no se venden pero hay que seguir alimentando a pesar de la disminución de los ingresos?

«Aumentan de peso, de grasa y pierden valor. Tiramos el exceso de fresas o espárragos, pero nuestros animales, ¿qué vamos a hacer con ellos?», se pregunta Baudouin, preocupada.

La excepción a la regla es Irlanda, que exporta la mayor parte de su cordero al Reino Unido y a Francia: 41.000 corderos fueron sacrificados en la última semana de marzo, 3.000 más que el año anterior, según el organismo alimentario irlandés Bord Bia.

Los restaurantes están cerrados pero las ventas al por menor se mantienen. «Antes, la gente no tenía tiempo», pero «si trabajas desde casa, tienes un poco más de tiempo para cocinar», explica Sean Dennehy, de la Asociación Irlandesa de Agricultores (IFA).

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