La OIM denuncia que desde que se reanudó la guerra en Libia la situación humanitaria «nunca ha estado peor»

La OIM denuncia que desde que se reanudó la guerra en Libia la situación humanitaria «nunca ha estado peor»

"Un año después del conflicto, la situación humanitaria en Libia nunca ha sido peor, las necesidades nunca han sido mayores, y las condiciones, más desafiantes".

Centro de detención en Libia - Unicef

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha asegurado este miércoles que la situación humanitaria en Libia «nunca ha estado peor», después de que se haya registrado el desplazamiento forzoso de más de 200.000 personas en lo que va de año desde que se reanudó la guerra en Libia.

«Un año después del conflicto, la situación humanitaria en Libia nunca ha sido peor, las necesidades nunca han sido mayores, y las condiciones, más desafiantes», ha alertado el jefe de la Misión de la OIM en Libia, Federico Soda.

La OIM ha puesto de manifiesto que las hostilidades continúan «sin cesar» en Trípoli, y ha denunciado como a consecuencia de ello, uno de los pocos centros de salud de la capital que todavía se mantenían en pie ha sido dañado tras un ataque el lunes.

El hospital de Al Kadra, ha explicado esta oficina de Naciones Unidas, es de los pocos centros de Tripolí que estaba tratando a pacientes que han mostrado síntomas de padecer el Covid-19, enfermedad que hasta el momento ha afectado a una veintena de personas y ha provocado una muerte en este país del norte de África.

«A pesar de los llamamientos a un alto el fuego humanitario, la lucha continúa en medio de serios temores de un brote de coronavirus», ha lamentado Soda.

La mayoría de los desplazados, unos 150.000 han abandonado Trípoli hacia destinos menos peligrosos, pero también se han registrado migraciones forzosas en otras ciudades como Murzuq, Sirt y Abu Gurayn.

La OIM ha recordado que desde abril de 2019, la guerra en Libia ha provocado importantes daños en instalaciones de salud y otras infraestructuras importantes de la capital, provocando además miles de desplazamientos.

La mayoría de las personas que se han visto forzadas a abandonar sus hogares malviven actualmente en asentamientos masificados e insalubres, con acceso limitado a los servicios de salud y bajo el perenne y constante riesgo de los bombardeos.

Esta situación de seguridad se ha visto empeorada tras la reciente crisis sanitaria global provocada por la pandemia del nuevo coronavirus. Los centros de detención y los asentamientos de desplazados son escenarios propicios para que el virus se expanda en un país, cuyo primer caso de Covid-19 fue registrado el 24 de marzo.

La OIM ha explicado que se están llevando a cabo «campañas periódicas» de desinfección y fumigación en los centros de detención, puntos de desembarque y, además, ha proporcionado productos de higiene a los migrantes que se amontonan en estas áreas.

Estos esfuerzos, ha dicho, se combinan «con sesiones de sensibilización y educación sanitaria» y con las clínicas móviles que la oficina dispone para seguir «brindando asistencia de salud primaria y de emergencia, incluyendo exámenes para detectar los síntomas de Covid-19».

A su vez, la OIM ha insistido en la necesidad de «proteger la vida de los civiles», así como «proporcionar un paso seguro a quienes huyen del conflicto y permitir el acceso de los trabajadores humanitarios», en especial tras conocer la rapidez con la que la pandemia se está extendiendo.

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