Financial Times pide reformas radicales: más Estado, más impuestos a los ricos y renta mínima

Coronavirus

Financial Times pide reformas radicales: más Estado, más impuestos a los ricos y renta mínima

La biblia del liberalismo económico publica un editorial completamente alejado de las ideas que defendía hasta ahora.

Policías, enfermeros y médicos se unen a los aplausos a los trabajadores sanitarios

Si la pandemia del coronavirus tiene un lado positivo es que ha inyectado un sentido de la unión en las sociedades polarizadas. Pero el virus y la paralización económica necesaria para combatirlo también han arrojado una luz deslumbrante sobre las desigualdades existentes. Así arranca Financial Times un editorial en el que reclama un papel más relevante del Estado, mercados laborales más seguros, entender el gasto social como inversión, una revisión de los privilegios, una mayor redistribución de la riqueza e incluso un debate serio sobre la renta mínima. El periódico británico, considerado por muchos como la biblia del liberalismo económico, apuesta por un cambio en el contrato social muy alejado de la ideología que defendía hasta ahora.

“Será necesario poner sobre la mesa reformas radicales, que inviertan la dirección política predominante de las últimas cuatro décadas. Los gobiernos tendrán que aceptar un papel más activo en la economía. Deben ver los servicios públicos como inversiones en lugar de pasivos, y buscar formas de hacer que los mercados laborales sean menos inseguros. La redistribución volverá a estar en la agenda; los privilegios de las personas mayores y de los más ricos serán cuestionados. Las políticas hasta hace poco consideradas excéntricas, como la renta básica o los impuestos a la riqueza, tendrán que estar en el mix”, asegura el rotativo británico.

La lucha por contener la epidemia ha puesto de manifiesto la falta de preparación de los sistemas de salud y también la fragilidad de las economías de muchos países ha quedado expuesta, a medida que los gobiernos luchan por evitar las quiebras masivas y hacer frente al desempleo masivo. “A pesar de los inspiradores llamados a la movilización nacional, no estamos realmente todos juntos en esto”, sostiene Financial Times.

En este sentido, destaca que los bloqueos económicos están imponiendo un mayor coste a los que ya estaban en peor situación. De la noche a la mañana se han perdido millones de empleos y el medio de vida en los sectores de la hostelería, el ocio y otros relacionados, mientras que otros trabajadores mejor pagados solo se enfrentan a la molesta de trabajar desde casa. Pero aún es peor. Personas con empleos de bajos salarios que todavía pueden trabajar están arriesgando sus vidas, como los cuidadores, reponedores, repartidores o limpiadores.

El diario asegura que el extraordinario apoyo presupuestario de los gobiernos a la economía, si bien es necesario, en cierto modo empeorará las cosas. “Los países que han permitido la aparición de un mercado de trabajo irregular y precario están teniendo dificultades especiales para canalizar la ayuda financiera a los trabajadores con un empleo tan inseguro. Entretanto, una amplia relajación monetaria por parte de los bancos centrales ayudará a los ricos en activos. Detrás de todo esto, los servicios públicos con financiación insuficiente están crujiendo bajo el peso de la aplicación de las políticas de la crisis”, añade.

“La forma en que hacemos la guerra contra el virus beneficia a algunos a expensas de otros. Las víctimas del Covid-19 son abrumadoramente las personas mayores. Pero las mayores víctimas de los cierres son los jóvenes y activos, a los que se les pide que suspendan su educación y renuncien a sus necesarios ingresos”, afirma FT, que subraya que “los sacrificios son inevitables, pero cada sociedad debe demostrar cómo ofrecerá una restitución a aquellos que soportan la mayor carga de los esfuerzos nacionales”.

Las medidas que los gobiernos están adoptando para mantener las empresas y los ingresos durante el cierre se están comparando con el tipo de economía de guerra que los países occidentales no habían experimentado desde hace siete décadas. Pero para el diario británico la analogía va más lejos.

“Los líderes que ganaron la II Guerra Mundial no esperaron a la victoria para planear lo que vendría después. Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill publicaron la Carta del Atlántico, estableciendo el rumbo de las Naciones Unidas, en 1941. El Reino Unido publicó el Informe Beveridge, su compromiso con un estado de bienestar universal, en 1942. En 1944, la conferencia de Bretton Woods forjó la arquitectura financiera de la posguerra. Ese mismo tipo de previsión se necesita hoy en día. Más allá de la guerra de salud pública, los verdaderos líderes se movilizarán ahora para ganar la paz”, concluye.

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