Los productores musicales cifran en más de 100 millones de euros las pérdidas directas

Coronavirus

Los productores musicales cifran en más de 100 millones de euros las pérdidas directas

La industria discográfica española sufrirá unas pérdidas directas de más de 100 millones de euros a causa del coronavirus.

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La industria discográfica española sufrirá unas pérdidas directas de más de 100 millones de euros a causa del coronavirus, según muestra un informe elaborado por Promusicae, la patronal de productores que aglutina al 95 por ciento del sector, según ha informado este miércoles en un comunicado.

La entidad que preside Antonio Guisasola ha hecho llegar las conclusiones de este informe al Ministerio de Cultura y Deporte y ha advertido de que este «descalabro económico» será «aún mayor si se produce una más que previsible recesión económica» durante los meses posteriores a la pandemia sanitaria y cree que podría suponer unas pérdidas «de más de un tercio de la facturación del sector» este año.

Por ello, reclama al departamento que dirige José Manuel Rodríguez Uribes «un fondo de compensación que cubra las pérdidas ocasionadas, además de diversos estímulos fiscales, créditos blandos y campañas de promoción de la música» con el fin de «amortiguar el duro golpe» del virus en la industria fonográfica.

Según los resultados de 2019 que Promusicae ha anunciado este miércoles, el pasado año cerró con una facturación total de 296,4 millones de euros en ventas de música grabada, lo que supone un 22,5 por ciento más que en 2018, en línea con la recuperación que el sector experimenta desde 2014.

El mercado digital representa en la actualidad el 75,3 por ciento del consumo en España, lo que supone la suma de 223,3 millones. Los ingresos que llegan del uso de las plataformas de streaming suponen el 95,4 por ciento del total digital (213 millones), debido en parte a las suscripciones de pago en las plataformas de streaming de audio, que acumulan ya más de tres millones de suscriptores, y que han aumentado un 34,9 por ciento respecto al año anterior y suponen el 53,7 por ciento del total de las ventas de música.

Asimismo, Promusicae destaca que los ingresos por la música que ofrecen financiada por publicidad crecen un 27,9 por ciento y los que proceden de las visualizaciones de vídeos que también son financiadas por la publicidad, en plataformas como YouTube, suben más de un 21 por ciento. Por otro lado, el mercado físico creció un 7,2 por ciento y supone una facturación de 73,1 millones del cómputo total, con protagonismo del vinilo, que acapara el 25 por ciento de las ventas físicas.

La asociación de productores musicales destaca que «a pesar de no haber llegado aún al 50 por ciento de la facturación del sector en 2001, estos resultados llegan después de largos años de reconstrucción del mercado por una industria que además había sido golpeada muy duramente por la piratería y significaban volver a sacar músculo en el conjunto de la economía española».

«Sin embargo, la alegría ha durado poco al ver tambalear todo lo logrado ante la expectativa de enfrentarse a una nueva crisis. Una nueva situación desconcertante para el sector que necesita de una inmediata actuación, si no queremos perder de golpe seis años, o más, de recuperación», agrega.

Aunque Promusicae cree que «todas las fuentes de ingresos de los productores discográficos se van a ver seriamente dañadas» a causa del coronavirus, considera que «el daño será particularmente severo en el caso de la venta de soportes físicos (cedés y vinilos), directamente afectadas por el cierre de las tiendas de música, en un momento propicio para los nuevos lanzamientos, donde se estima perder la mitad de la facturación, unos 40 millones de euros en el conjunto del año», según destaca Guisasola.

«Las pérdidas en las plataformas de streaming serán al menos de 50 millones; en el caso de las suscripciones, la caída prevista romperá de golpe con la tendencia de fuertes crecimientos de los últimos años», apunta.

EL CONFINAMIENTO NO AUMENTA LAS ESCUCHAS
Por otro lado, Promusicae ha destacado que, «en contra de lo que pudiera pensarse en un primer momento, el confinamiento no ha disparado los ingresos por escuchas». Según la información facilitada por la empresa de estudios de mercado Gfk, en la primera semana de Estado de Alarma se produjo una caída del 11 por ciento en el consumo de música en streaming, un fenómeno que ya ha sido observado también en Italia y otros países en situación de confinamiento.

Asimismo, señala que el impacto en otras vías de ingresos, como las sincronizaciones (utilización de música
en publicidad o creaciones audiovisuales), los ingresos por conciertos, patrocinios o licencias, venta de merchandising, o los relacionados con las giras de sus artistas podría representar varios millones de euros más en la factura, mientras por el cierre de discotecas, bares, pubs, hoteles o tiendas con el Estado de Alarma y el descenso de
los ingresos de publicidad, los derechos de propiedad intelectual por comunicación pública podrían sufrir una caída de 12 millones de euros».

Por todo ello, los productores reclaman un fondo de compensación del Estado que cubra a las empresas del sector las pérdidas ocasionadas por el cierre de las tiendas de música y por la cancelación o aplazamiento de producciones y lanzamientos discográficos. Además, una línea de crédito de 15 millones a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), sin intereses y con dos años de carencia, para tiendas de música y pequeñas y medianas empresas del
sector.

Asimismo, sugieren una reducción del Impuesto de Sociedades durante al menos los dos próximos años, así como ayudas al pago de alquiler para tiendas y pymes que hayan sufrido una merma en sus ingresos superior al 50 por ciento.

Por otro lado, proponen la creación de una campaña de promoción de la música, «que está demostrando su lado más solidario por la infinidad de manifestaciones espontáneas que han surgido desde el primer día de confinamiento, para recuperar el hábito de pagar por disfrutarla». Esa campaña podría incluir un «bono cultural» financiado por el Estado, a la manera del caso italiano, con el que los jóvenes puedan invertir en bienes culturales, la música grabada entre ellos.

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