Fedea prevé una crisis por el Covid-19 mayor a la Gran Recesión pero más corta

Macroeconomía

Fedea prevé una crisis por el Covid-19 mayor a la Gran Recesión pero más corta

Fedea aboga por crear un instrumento para mutualizar y minimizar los costes de la crisis.

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La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) constata que los pocos indicadores adelantados apuntan a un impacto económico del Covid-19 «muy elevado», incluso superior al de la Gran Recesión, aunque «mucho más limitado en el tiempo» si se produce una fuerte recuperación cuando se levanten las medidas de contención del virus. Aboga por poner en marcha un mecanismo de mutualización de los costes de la crisis.

En un documento titulado ‘La reacción de la Unión Europea ante el Covid-19′, publicado este lunes, Fedea señala que es «esperable» una recuperación «rápida», con una demanda incluso mayor que antes de la crisis, al menos durante un tiempo, pero siempre y cuando la destrucción de empleo y de tejido económico durante la fase aguda sea la menor posible y, por tanto, los efectos «no se cronifiquen».

La fundación advierte de que mientras persistan las duras medidas de contención, una parte muy importante de la actividad estará «completamente parada» y, cuanto más tiempo se mantengan esas medidas, mayor será el número de empresas que deban cerrar y mayor la destrucción «permanente» de puestos de trabajo y, por tanto, la pérdida de rentas de los trabajadores.

«Todo ello dificultará la recuperación porque una pérdida permanente de rentas (desempleo permanente) se traducirá en un menor consumo», avisa.

Según Fedea, el shock será «importante» para todos los países europeos, pero su intensidad variará de un país a otro, así como la capacidad de hacerle frente según el margen fiscal disponible. La gravedad del problema dependerá de la incidencia de la epidemia y la estructura económica del país, incluyendo el peso de las actividades más afectadas por las medidas de contención (como la hostelería, el turismo y otros servicios) y del grado de atomización de las empresas.

En todo caso, el impacto sea mayor en aquellas economías en cuya estructura económica tenga más peso el sector servicios que el industrial, al ser menos recuperables, y en las que haya un mayor peso de pymes.

En este sentido, señala que la capacidad para financiar medias paliativas, por su parte, dependerá crucialmente de la situación fiscal de partida de cada país en términos de sus niveles de déficit y de deuda en relación al PIB.

En su análisis, Fedea señala que las principales instituciones europeas ya han comenzado a actuar, y lo están haciendo de forma «mucho más rápida de lo habitual», aunque todavía de manera «insuficiente». Entre otras medidas, destaca que hay algunas «muy importantes» al incluir la suspensión de las reglas fiscales para dar más margen de maniobra presupuestaria a los gobiernos nacionales y un programa de compra de activos del BCE dotado con 750.000 millones de euros.

Como actuaciones inmediatas, aboga por crear un instrumento para mutualizar y minimizar los costes de la puesta en marcha de las medidas necesarias para combatir la crisis, que sea «suficiente» en tamaño (500.000 millones de euros), no incluir condicionalidad, ser «temporal y circunscrito» a la crisis.

A corto plazo, ve necesario el diseño de un impulso fiscal coordinado y que todo el gasto en el que se incurra para combatir esta crisis no se tenga en cuenta a efectos de los procedimientos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, junto al levantamiento de las restricciones de exportaciones de material sanitario y el diseño de una estrategia de salida.

Esta estrategia ha de basarse en el levantamiento de las medidas de contención adoptadas por los Estados miembros y de las excepciones introducidas en el mercado interior, y en una estrategia fiscal de salida que dé «certidumbre» a los países, para que «gasten lo que deben» en la mitigación de los efectos de la crisis.

En el medio plazo ve necesario revisar el marco institucional de la Unión Europea para que esté preparado para la adopción de medidas extraordinarias, con un instrumento jurídico que permita declarar el «estado de alarma europeo».

También pide crear una herramientas más potente para hacer frente a situaciones de crisis en el marco de los presupuestos , así como introducir una cláusula de garantías sanitarias en los acuerdos comerciales y trabajar en los aspectos normativos del teletrabajo.

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