Robles dice que habrá un plazo para que algunas actividades no se paralicen abruptamente

Estado de alarma

Robles dice que habrá un plazo para que algunas actividades no se paralicen abruptamente

Admite un poco de retraso en publicar en el BOE el decreto de cierre de actividad por "precisiones jurídicas" pero asegura que será en breve.

Margarita Robles

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha asegurado hoy en una entrevista en La Sexta que el Gobierno dará un plazo para que algunas actividades no se paralicen de manera abrupta y aunque ha admitido un poco de retraso en publicar en el BOE el decreto de cierre de la actividad que no es esencial, cree que se hará en breve.

La ministra ha justificado el retraso en publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el decreto aprobado hoy por el Consejo de Ministros reunido de forma extraordinaria en que se trata de una cuestión de la que no hay precedente.

Margarita Robles cree que el decreto estará a punto de publicarse en el BOE, ya que entra en vigor mañana, pero afirma que es necesario detallar las cuestiones jurídicas y eso se lleva tiempo. «Es necesario precisar la norma y a veces no es tan fácil», ha dicho, pero ha precisado que «se está ultimando».

Además, ha revelado que se establecerá un plazo para que determinadas actividades no se paralicen abruptamente y los empresarios tengan tiempo de preparar esa paralización.

Precisamente esta ha sido una de las demandas que le han hecho hoy algunos presidentes autonómicos a Pedro Sánchez, durante la video reunión que ha mantenido con ellos durante tres horas y media.

Tanto el lehendakari Iñigo Urkullu, como los presidentes de Andalucía y Galicia, Juan Manuel Moreno y Alberto Núñez Feijóo le han pedido esta mañana al presidente que no la actividad de algunas empresas no se parará de golpe por el daño que se puede causar en alguna maquinaria o en determinados procesos de producción.

Urkullu ha ido incluso más allá con una carta a Pedro Sánchez en la que le ha pedido que se dejara en manos de las autonomías la decisión de cómo parar los servicios no esenciales, dado que están más pegados al terreno y conocen mejor su tejido industrial, para no perjudicar a las empresas.

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