La mano de Dios, crónica de un partido único

Fútbol

La mano de Dios, crónica de un partido único

Argentina llegaba a la cita con Inglaterra, marcada además por el conflicto de las Maldivas.

Mano de Dios

Era verano de 1986, Argentina había llegado a la cita mundialista con dudas, nadie era muy optimista respecto al concurso de la albiceleste en la cita aztecaa, al igual que el propio Maradona.

Tras dos tumultuosos años en el Barcelona, había recalado en Nápoles.

Tras una primera fase sin grandes alardes, después de eliminar a Uruguay en octavos con mucha dificultad (1-0), llegaba Argentina a la cita con Inglaterra, marcada además por el conflicto de las Maldivas.

Inglaterra por su parte tampoco había mostrado un gran fútbol, pero contaba con un Gary Lineker pletórico, que había marcado dos de los tres goles de su selección ante Paraguay en octavos y un hat-trick ante Polonia en el último partido de la fase de grupos. Maradona por su parte tan solo había marcado un gol antes de este partido contra Italia.

El equipo entrenado por Bilardo fue el dominador durante la primera parte. El doble pivote argentino se impuso provocando que los delanteros ingleses apenas gozasen de ocasiones en los primeros 45¨.

Eso sí Maradona empezaba a dar muestras de lo que era capaz ya que cada balón que le llegaba la sensación de peligro que creaba era palpable, su asociación con Burruchaga hacía temblar a la defensa inglesa.

Así llegó recién comenzada la segunda parte la jugada que cambiaría para siempre el sino del partido y que será recordada para siempre por todos los fanáticos del fútbol en general y por los argentinos en particular.

El grosero error del defensor inglés despejando hacia atrás el balón fue tapado por la resolución de la jugada en la que Peter Shilton y Maradona saltan a por ese balón y el “10” mete su puño para imponerse al portero británico. El árbitro tunecino Bin Nasser no vio la clamorosa “mano de Dios”, como la bautizó el propio Maradona tras el encuentro. Todo hay que decirlo y aunque no fue de la manera más limpia, el tanto hacía justicia a lo que se estaba viendo en el campo.

Menos de cinco minutos después y con los ingleses todavía reponiéndose del “punch” llega la jugada, la obra de arte dibujada por el Diego, “barrilete cósmico”, decía un emocionado Víctor Hugo Morales, mientras veía a Maradona sembrando el verde de jugadores ingleses incapaces de frenarle. El gol del siglo. Un gol estratosférico, que sin embargo, sirvió para despertar a Inglaterra de su letargo futbolístico.

Robson metió en el campo a Chris Waddle y a Josh Barnes, extremos de talento que en el tiempo que estuvieron sobre el césped crearon más peligro que todo el equipo el resto del partido. Argentina empezó a sufrir para contener las embestidas inglesas que dieron su fruto a falta de nueve minutos para el final del partido cuando Lineker por fin conectó de cabeza el centro de Barnes, pero ya era tarde. De ahí a la victoria en semifinales ante Bélgica, con doblete de Diego, y la finalísima ante Alemania Federal.

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