Los expertos avisan al BCE: bajar más los tipos no servirá de nada

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Los expertos avisan al BCE: bajar más los tipos no servirá de nada

“Las autoridades públicas pueden limitar los riesgos, pero no pueden reavivar el crecimiento”.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos

Tras el recorte de tipos realizado la semana pasada por la Reserva Federal, el mercado augura que el Banco Central Europeo (BCE) –que se reúne el jueves- anuncie una nueva rebaja en el tipo de depósito hasta el -0,60%. No obstante, los expertos advierten de que los problemas económicos por la crisis del coronavirus difícilmente se solucionarán por esta vía.

“Aunque los mercados esperan muchos más estímulos de mercado en varios países del mundo, no esperamos que medidas más acomodaticias de los bancos centrales sean una cura porque la mayoría de los recortes de tipos ya se han producido a través de declives en el precio de los bonos y en la curva de tipos”, avisa Salman Baig, analista de Unigestion.

“Hay grandes expectativas de que el BCE recorte los tipos”, coincide Esty Dwek, de Natixis IM, sin embargo, “ir un poco más allá en el territorio de tipos negativos no servirá de mucho en la situación actual”. El experto apunta que “también se esperan nuevas medidas de LTRO”. “Respecto a la Fed, el mercado está empezando a descontar que los tipos llegarán a cero en los próximos meses. Nuestra convicción es que EEUU será más proactivo y más agresivo en la lucha contra el impacto económico del brote que Europa”, apunta el experto del banco francés.

Su colega también de Natixis Philippe Waechter avisa de que “el crecimiento económico se desacelerará en 2020 y la epidemia del coronavirus tiene la responsabilidad total de esta situación”. El primer factor a tener en cuenta es “el bloqueo procedente de las cadenas de producción de China”. “Las compañías no están entregando sus pedidos tan rápidamente y tan complemente como solían hacer; no pueden producir tanto como antes. El sector manufacturero está realmente debilitado”.

El segundo es que “en este entorno de incertidumbre todo el mundo tiende a comportarse con más cautela”. “Las empresas paralizan sus decisiones de inversión y contratación y los hogares posponen el momento de cambio su vehículo o sus electrodomésticos”, explica Waechter.

“El tercer aspecto es la paralización de los viajes, que estaban en el corazón de la globalización. De repente, la población se ve abocada a permanecer confinada en sus hogares, penalizando la actividad turística y la demanda de alojamiento y restauración, que, inexorablemente, retrocede”. Por último, “para evitar contagios internos, los Gobiernos empiezan a tomar decisiones como suspender concentraciones masivas de población, como ocurre en los deportes y otros eventos, castigando a otra gran sección de la actividad económica”.

El experto de Natixis considera que “aunque las autoridades públicas pueden limitar los riesgos, no pueden reavivar el crecimiento, porque el suministro está constreñido en el corto plazo”.

De vuelta a Baig, considera en la misma línea que “los riesgos de un shock en las cadenas de suministros por las disrupciones en la capacidad de producción de China se han agravado por una bajada de la demanda porque los ciudadanos entran en pánico y deciden cada vez más quedarse en casa”.

“Esta vez es diferente”, añade el experto de Unigestión. “A diferencia de las recesiones de 2001 y 2008 principalmente marcadas por una falta de demanda, los desafíos del COVID-19 implican una mezcla de demanda y un shock en las cadenas de suministro. Aunque China se esté recuperando paulatinamente, la producción se enfrentará a problemas de suministros por las dificultades encontradas en otros países. Los estímulos fiscales pueden intentar hinchar los bolsillos de los ciudadanos con dinero, pero el dinero solo no será suficiente para colocar productos en los estantes”.

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