La crisis económica obliga a Líbano a suspender los pagos de eurobonos por primera vez en su historia

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La crisis económica obliga a Líbano a suspender los pagos de eurobonos por primera vez en su historia

"Esta suspensión de pagos es la única forma", lamentó, "de financiar las necesidades de sus ciudadanos".

El primer ministro de Líbano, Hasán Diab

El primer ministro de Líbano, Hasán Diab, ha reconocido que el país entrará en impago de 1.200 millones de dólares en eurobonos a principios de la semana que viene por primera vez en su historia, en medio de la galopante crisis económica que está atravesando.

Las reservas de moneda extranjera han caído a «un nivel preocupante y peligroso que ha empujado al Gobierno libanés a suspender el pago del vencimiento del eurobono del 9 de marzo debido a la necesidad de estos fondos».

El problema no ha terminado porque Líbano está obligado a pagar otros dos vencimientos más: uno de 700 millones en abril y otros 600 millones en junio.

Diab defendió el impago como una medida «difícil» pero imprescindible para salvar la economía del país, que afronta su peor crisis desde la guerra civil que terminó en 1990.

«Esta suspensión de pagos es la única forma», lamentó, «de financiar las necesidades de sus ciudadanos».

«El Estado libanés buscará reestructurar sus deudas, de manera consistente con el interés nacional, mediante negociaciones justas, con todos los acreedores», según manifestó en un discurso televisado, recogido por el portal de noticias Naharnet.

Los bancos locales, que poseen una parte de los eurobonos, habían argumentado en contra de un incumplimiento, diciendo que aumentaría la presión sobre un sector bancario con problemas de liquidez y comprometería los lazos del Líbano con los acreedores extranjeros.

Se esperan protestas en los próximos días de parte de la población, que teme que el agotamiento de las reservas podría limitar aún más el acceso a sus ahorros. La calificación de deuda soberana de Líbano cayó hace mucho tiempo en territorio ‘basura’, pero la confianza de los inversores podría terminar de desplomarse ante nuevas expresiones de descontento social.

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