Gual (CaixaBank) cifra en 7.000 millones la fuga de depósitos tras el 1-O

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Gual (CaixaBank) cifra en 7.000 millones la fuga de depósitos tras el 1-O

El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, niega haber recibido "ningún tipo de presión política" para trasladar la sede.

El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, durante el Curso económico organizado por la APIE en la UIMP

El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha asegurado este martes que la salida de depósitos en la primera semana de octubre de 2017 fue «exponencial» y la ha cifrado en 7.000 millones de euros, a la vez que también tuvo lugar la venta de títulos por parte de pequeños accionistas.

«El banco tenía amplísima liquidez y estaba preparado, pero esta situación se tenía que cortar en seco», ha dicho Gual en la comisión de investigación del Parlament sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

Ha indicado que se trató de depósitos privados y no públicos: «Si el dinero salía era porque la gente no tenía claro que el banco continuara en la zona euro –si Cataluña salía de la UE tras el proceso independentista–, y en un futuro inmediato debíamos tomar una decisión que facilitara que el banco continuara en la zona euro».

Así, Caixabank decidió trasladar la sede a Valencia, aprovechando la adquisición de Banco de Valencia y las instalaciones con las que contaba en la ciudad, la tercera de España en población, según ha recalcado Gual: «Estamos muy bien en la sede de Valencia».

Ha defendido que gracias a este cambio de sede y a las elecciones que tuvieron lugar más tarde los flujos de ahorro que salieron en la primera semana de octubre de 2017 se recuperaron a finales del trimestre, logrando nuevamente una «situación de estabilidad».

«En ningún momento hemos recibido ningún tipo de presión política», ha aseverado Gual, que ha insistido en que Caixabank es una entidad absolutamente profesional, en sus palabras.

«Esta decisión dolorosa se tomó con el objetivo de proteger el trabajo de nuestros empleados, el ahorro de nuestros clientes y la inversión de nuestros accionistas. Ésta fue nuestra guía», ha asegurado, y lo ha justificado porque la actividad financiera es especialmente sensible a situaciones de inseguridad jurídica y a «dobles legalidades que crean pánico».

Ha sostenido que CaixaBank «respeta profundamente el sistema democrático por el que la ciudadanía se expresa en el Parlament y las urnas, y también respeta el orden legal vigente», al que la entidad se atiene.

«En Cataluña hay una diversidad de opiniones que se traduce en el equilibrio parlamentario que vivimos y esto se reconoce por la entidad como legítimo. No nos metemos en política ni somos parte de ninguna estratagema», ha dicho Gual al ser preguntado por si recibió presiones para trasladar la sede fuera de la comunidad catalana.

Por su parte, el presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidre Fainé, ha justificado el traslado de la sede de esta entidad a Palma de Mallorca para respaldar a CaixaBank ante la salida de depósitos, si bien ha dejado claro que el patrimonio de la Fundación está desconsolidado y separado del banco.

«Estos temas de confianza se deben matar rápido o el problema se hace cada vez más grande. Los ahorros son sagrados. No puedes jugar con los ahorros de la gente», ha defendido Fainé.

«A veces hay que tomar decisiones difíciles en momentos difíciles y es lo que hicimos. De alguna manera fue suficiente para frenar la salida de depósitos», ha añadido Fainé, que ha indicado que de no haber actuado, el mercado financiero hubiera cerrado sus puertas al banco.

Ha puesto en valor que la Obra Social La Caixa, que ha dicho que es la más importante de Europa, invierte cada año más de 500 millones de euros, de los que alrededor de un 42% recae en Cataluña: «Somos tan catalanes como éramos antes o más».

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