Aznar dice que el acuerdo sobre Seguridad Social es «el principio del fin» de la «la solidaridad entre españoles»

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Aznar dice que el acuerdo sobre Seguridad Social es «el principio del fin» de la «la solidaridad entre españoles»

Advierte de que "quienes fabrican independentistas son los independentistas, sobre todo cuando se les allana el camino".

El expresidente del Gobierno, Jose María Aznar, junto con la expresidenta de los populares vascos, María San Gil

El expresidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar, se ha mostrado «en contra» del acuerdo para el traspaso de la gestión económica de la Seguridad Social a Euskadi cerrado entre el Gobierno vasco y el central porque supone «el principio del fin» de la Caja Única y «de un instrumento de solidaridad entre españoles».

Durante una conferencia impartida en Bilbao bajo el título «El fortalecimiento de España en el País Vasco», organizada por la asociación Esteban Garibay, Aznar se ha mostrado convencido que «la descentralización en sí misma no es más que un proceso más de desarticulación del Estado».

En este contexto, se ha referido al acuerdo alcanzado este jueves entre Gobierno vasco y central para acometer el traspaso de una treintena de competencias recogidas en el Estatuto de Autonomía, entre ellas, la gestión económica de la Seguridad Social.

A su juicio, «ese acuerdo al que se ha llegado con este Gobierno y el PNV» supone «el comienzo del fin de la Caja Única de la Seguridad Social y, por lo tanto, es el comienzo del fin de un instrumento básico de solidaridad entre españoles».

«Es principio del fin del principio de igualdad y solidaridad entre españoles manifestado a través de nuestros compromisos con la Seguridad Social. Es el principio del fin, no digo que sea el fin, digo que es el comienzo del fin», ha reiterado. Según Aznar, «hay cosas que no se pueden hacer. Y esta que se ha hecho hoy no se puede hacer».

Ha advertido que «algunos» podrán defender que esta transferencia viene recogida en el Estatuto de Autonomía, pero ha apuntado que lo que se incluye en el texto estatutario es «una apelación que hay que rellenar y que es opinable, como todo». Aznar ha insistido que, «por encima de eso, está el deber que tiene el Estado de garantizar la igualdad y la solidaridad entre todos los españoles».

«Y eso es un paso más en el proceso de desmantelamiento y de debilitamiento de la nación española. Por lo tanto, yo hablo claro y digo: estoy en contra de lo que se ha hecho», ha reiterado.

En este sentido, ha recordado que en 1996 el PP, «sin necesitarlo», llegó a un acuerdo de gobierno con el PNV y, en la primera conversación con el entonces presidente jeltzale Xabier Arzalluz, advirtió de que «hay cosas sobre las que no se va a hablar y cosas que no van a estar nunca encima de la mesa y si se ponen encima de la mesa no hay ninguna posibilidad de acuerdo, la primera la caja única de la Seguridad Social».

Según ha remarcado, «abrir una brecha en esa caja es abrir una brecha en el edificio de la solidaridad del Estado que es perjudicial para todos, también para los de aquí».

El expresidente de Gobierno ha cuestionado «quién le iba a decir a un socialista o a un comunista de muy buena fe que sus colegas socialistas o comunistas hoy iban a poner en cuestión y poner grietas en la caja de la Seguridad Social».

En este sentido, ha indicado que «en la historia socialista el concepto de igualdad y de solidaridad, para un socialista tradicional, ha sido sagrado, y la representación de eso en gran medida era la Caja Única de la Seguridad Social». Sin embargo, ha denunciado, «hoy la izquierda española se ha entregado en manos de los nacionalistas y se ha vuelto una izquierda identitaria defensora de los privilegios y de la diferencia entre ciudadanos. Y eso para el país es una tragedia».

EN JUEGO SU VIGENCIA MISMA

Durante su intervención, Aznar ha defendido que «la idea de España como nación debe ser fortalecida en toda España en un momento en que no está en juego su eclipse en una parte del territorio, sino su vigencia misma».

En este contexto, ha advertido de que «ningún diálogo puede ser una alternativa al cumplimiento de la ley». «La prioridad no puede ser el diálogo con quienes hacen del poder un uso sectario mientras se margina y desprecia a quienes son leales», ha insistido.

A su entender, las cuestiones territoriales deben abordarse con criterios como «impugnar el dogma de ‘a mayor descentralización, mayor bienestar'», frenar la creciente «disolución de los elementos identitarios comunes» y dotar de «racionalidad económica y funcional» al modelo territorial.

José María Aznar ha subrayado «quienes fabrican independentistas son los independentistas, sobre todo cuando se les allana el camino», y ha asegurado que a los nacionalistas «la autodeterminación les es necesaria al menos como horizonte verosímil». Por tanto, ve «improcedente la idea de abordar cualquier tipo de reforma dispuesta a sacrificar el interés general para provocar adhesión».

En esta línea, ha reivindicado que «no se debe volver a caer en la tentación de ‘externalizar’ el problema y buscar nacionalistas moderados que nos liberen de nuestra propia responsabilidad».

El expresidente del Gobierno ha lamentado que «cada vez que los nacionalistas entran en vía de colisión suelen encontrar aliados circunstanciales dispuestos a encontrar ‘terceras vías'» y ha acusado a los socialistas vascos de «renunciar a ser alternativa al nacionalismo» y resignarse a ser «escolta» del PNV. A su entender, su presencia en el gobierno ha «servido de coartada para alimentar el mito de la moderación nacionalista».

Asimismo, ha criticado la «cierta unidad de acción» que, a su entender, se da entre el PNV «y los herederos políticos de ETA» en asuntos como las bases del nuevo estatuto vasco. En este sentido, ha advertido, además, que se intenta «disfrazar de inocente reforma estatutaria una operación de mutación constitucional». «Se camina hacia la ruptura invocando el ‘pacto'», ha criticado.

Aznar ha reivindicado el papel de las víctimas de ETA y ha incidido en que su significado político «hace intolerable pretender que los objetivos históricos de ETA puedan orientar ningún tipo de reforma estatutaria».

«El fortalecimiento de España en el País Vasco no puede hacerse como si esa página de la historia no se hubiera escrito. Menos aún tolerando una reescritura manipulada», ha manifestado el expresidente, que ha apelado a que «quienes tengan una idea de España en el País Vasco deben renovar su alianza con la sociedad civil».

Finalmente, ha insistido en que «hoy estamos viviendo un pacto social comunista y nacionalistas que pretende un cambio de régimen en España» y ha añadido que «ese diagnóstico pasa por expulsar una vez más al centroderecha de la vida política, una vez más».

Según ha advertido, «si el centro derecha no es consciente de eso, será sepultado» y, por contra, si es capaz de «afrontar eso, aunque pase momentos difíciles, con todas sus consecuencias, tendrá más tarde o más temprano, y será más temprano que tarde, el respaldo de una mayoría de los españoles y en muchos sitios se encontrará con sorpresas, en el País Vasco también».

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