González Laya dice que «las desigualdades traen populismo» y que son «resultado de opciones políticas»

Conferencia de Seguridad de Múnich

González Laya dice que «las desigualdades traen populismo» y que son «resultado de opciones políticas»

"Muchos problemas que atribuimos al comercio internacional son domésticos y resolverlos está en manos de los gobiernos", ha dicho.

La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya

La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha subrayado este viernes en la Conferencia de Seguridad de Múnich que «las desigualdades traen populismo» y, además, son «resultado de opciones políticas».

«Si como político cultivas la desigualdad lo haces a tu propia costa», ha afirmado. Además, ha avisado de que las desigualdades no son solo económicas, sino que pueden ser de oportunidades, de educación, de acceso a la sanidad o hasta de acceso a las zonas verdes

«Las desigualdades no son inevitables, son resultado de opciones políticas, así que tomen las decisiones políticas correctas», ha dicho, en un tono distendido, en un panel sobre comercio internacional.

González Laya, que ha desarrollado su carrera en el comercio internacional y ha dicho que mantendrá ese foco en su cartera, ha descrito España como una de las economías más abiertas. «Muchos problemas que atribuimos al comercio internacional son domésticos y hay que resolverlos en el ámbito doméstico, está en manos de los gobiernos», ha remarcado.

Por otro lado, ha dicho que confía en que la UE y Estados Unidos aborden sus diferencias en materia comercial con diálogo y partiendo del respeto de las normas internacionales.

Se trata, ha dicho, de «gestionar la interdependencia». «Aunque en mi país haya nacionalistas que digan, ‘una ministra loca, tenemos que ser independientes’, la realidad es que somos interdependientes», ha defendido, bromeando, durante un panel centrado en el comercio internacional.

«Miro a mi vecino para decirle, a ver si lo podemos arreglar», ha dicho dirigiéndose al senador republicano estadounidense Mitt Romney, sentado a su lado en el panel.

A la pregunta de si la UE debería proceder como China –resistiendo y alargando la batalla comercial– o como México y Cánada –aceptando cesiones para salvar su acuerdo comercial– González Laya ha respondido que Bruselas y Washington puedan resolver sus diferencias «a la manera americana y europea».

«La receta no es copiar», ha afirmado, ni pelear por ganar unos pocos tantos, pero sí «trabajar cooperativamente». Eso sí, ha dejado claro que para un país pequeño como España no es posible una batalla basada en «el músculo» sino que apuesta por el Derecho Internacional.

Preguntada cuál será la situación dentro de un año, cree que hay un riesgo del 50 por ciento de que la situación degenere en una guerra comercial, porque «una parte del espectro político» tiene la tentación «de convertir el comercio en un arma para obtener votos». Así, ha dicho estar pendiente del ciclo electoral en Estados Unidos y en algunos países de Europa. «Espero que no en España, que ya hemos tenido bastantes», ha bromeado.

Con todo, espera que Estados Unidos y Europa no se dediquen a «golpearse en la cabeza» uno a otro, teniendo en cuenta el tamaño de sus economías y su interdependencia.

Además, ha opinado que el fondo de la disputa internacional no es realmente el comercio internacional, sino solo una herramienta en una carrera digital. Tanto Estados Unidos como la UE, ha argumentado, afrontan tres desafíos comunes: un mundo mucho más geopolítico, la descarbonización de la economía y una economía mucho más digital, que tiene ventajas pero también inconvenientes.

Entre esos inconvenientes ha destacado la escasa fiscalidad de la economía digital, ya que los impuestos se centran en la parte analógica de la economía, y la «enorme concentración» empresarial: En Estados Unidos el 99 por ciento de la economía digital se concentra en cinco centros urbanos en la costa, mientras en el centro hay un vacío», y en Europa está pasando lo mismo».

En el mismo panel, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz se ha sumado a la idea de que «la legalidad internacional es tan importante como la nacional».

ROMNEY AVISA CONTRA LAS PRÁCTICAS CHINAS

También Romney ha incidido en que el comercio internacional solo es posible con reglas internacionales que, además, no permitan a ningún actor comportarse como «depredador». El senador ha apuntado a China, para defender la decisión del Gobierno de Donald Trump de tratar de frenar a este país y añadir que le gustaría que todas las «naciones libres» estuvieran en la misma línea. «China está usando la tecnología de una manera que da mucho miedo», ha advertido, incluyendo la represión de minorías.

De su lado, la directora del FMI, Kristalina Georgeva, ha pedido cautela antes de estimar el impacto económico del coronavirus –China no es la misma que cuando sufrió el SARS, y la economía mundial tampoco–. Ha confiado en que, una vez que se vean las consecuencias cuando empiecen a reabrir las fábricas chinas, los ministros de Finanzas y Bancos Centrales trabajen de manera coordinada para «proteger la economía mundial de un shock más serio».

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