La demanda masiva de liquidez vuelve a dejar en evidencia al mercado monetario de EEUU

Bancos centrales

La demanda masiva de liquidez vuelve a dejar en evidencia al mercado monetario de EEUU

Tras un mes de enero tranquilo, la demanda superó en dos veces la oferta en la última inyección de la Fed.

Jerome Powell, gobernador de la Reserva Federal

Cuando en septiembre la Fed inyectó por primera vez liquidez en el mercado monetario después de que los tipos de los préstamos de un día para otro se disparasen del 2% al 10%, se suponía que era una medida transitoria que debía acabar en octubre. Cinco meses después, la sobredemanda de la última inyección realizada ayer mismo muestra que los problemas en la fontanería de Wall Street están lejos de haberse solucionado.

Los hombres de Jerome Powell lograron evitar el temido descalabro al cierre de año, y durante el mes de enero el mercado de repos se mantuvo bastante tranquilo. Sin embargo, con el arranque de febrero han vuelto a saltar todas las alarmas.

La Reserva Federal de Nueva York dijo ayer que aceptó 30.000 millones de dólares en ofertas presentadas por los ‘primary dealers’ en una operación de acuerdo de recompra (repo) a 14 días (vencimiento el 18 de febrero). En principio, una operación más que sin embargo recibió una demanda de liquidez sin precedentes: 59.050 millones de dólares, divididos en 41.750 millones en deuda del Tesoro y 17.300 millones en títulos respaldados por hipotecas.

En otras palabras, los títulos presentados prácticamente duplicaron los aceptados, haciendo que el repo de ayer fuera el más sobresuscrito desde el primer repo a plazo allá por septiembre, en el que se presentaron 62.000 millones de dólares por 30.000 millones de dólares en liquidez.

La demanda masiva de liquidez parece mostrar a las claras que la amenaza sigue presente a pesar de todos los esfuerzos de la Reserva Federal, entre temores de los inversores de que alguno de los grandes bancos de Wall Street se esté enfrentando a una escasez acuciante de reservas. El banco central ha estado inyectando liquidez en los mercados de financiación desde el 17 de septiembre, cuando el tipo de interés del repo a un día pasó del 2% al 10%, despertando todas las alarmas en un mercado al que se considera la fontanería de Wall Street.

El banco central también ha estado comprando letras del Tesoro, a un ritmo de 60.000 millones de dólares mensuales. No se trata de una QE como la realizada en respuesta a la crisis financiera, sino que sobre el papel la institución está usando su balance para asegurarse de que los bancos tengan suficientes reservas y que fluya el dinero a través del sistema. El esfuerzo también tiene como objetivo mantener el tipo de interés de los fondos propios de la Reserva Federal a un día dentro de un rango objetivo de 25 puntos básicos.

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