China pone en marcha el mayor experimento de teletrabajo del mundo tras el coronavirus

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China pone en marcha el mayor experimento de teletrabajo del mundo tras el coronavirus

Miles de empresas están intentando mantenerse operativas en el mundo virtual y mandan a sus empleados trabajar desde casa.

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Tras el coronavirus, trabajar desde casa ya no es un privilegio sino una necesidad. Mientras las fábricas, tiendas, hoteles y restaurantes siguen vacíos y algunas ciudades chinas se convierten en pueblos fantasmas, miles de empresas están intentando mantenerse operativas en el mundo virtual dentro de las viviendas de sus trabajadores.

“Es una buena oportunidad para probar el trabajo desde casa a escala”, asegura un directivo de una agencia de publicidad de Shanghai a Bloomberg, quien admite que no será fácil y que supondrá “un montón de video chats y llamadas telefónicas”.

Las personas que teletrabajan están a punto de convertirse en ejércitos, sobre todo a medida que las empresas chinas comienzan a reiniciar sus operaciones tras las vacaciones del Año Nuevo. Podría tratarse del mayor experimento de trabajo desde casa del mundo, afirma la agencia estadounidense.

Mucha más gente tratará de organizar reuniones con clientes y discusiones de grupo a través de aplicaciones de videochat o discutiendo planes en plataformas de software. Aunque uno de los factores más turbadores para los trabajadores es el cambio diario en las instrucciones que reciben de las empresas, mientras que a los directivos les preocupa que el éxodo de la oficina reduzca la productividad.

El virus además plantea una amenaza existencial para otro nuevo modelo de negocio: los espacios de trabajo conjunto, que se multiplicaron alrededor de las grandes ciudades chinas en los últimos años a medida que los alquileres de las propiedades se disparaban.

Pero para muchas empresas, el teletrabajo solo resuelve una parte del problema. Las fábricas, las empresas de logística y las tiendas se enfrentan a sus propias interrupciones. Para el fabricante de teléfonos Casetify se suponía que 2020 iba a ser su mejor año hasta ahora, pero la propagación del virus desde la ciudad de Wuhan ha provocado el cierre de las fábricas chinas que producen su género. Aunque Casetify ha pedido a la mayoría de sus empleados que trabajen desde casa, las ventas se han hundido.

Sin plan b

“El espectáculo debe continuar, de alguna manera”, dijo a Bloomberg el director ejecutivo de Casetify, Wes Ng, que ha estado conectado a un ordenador portátil en un apartamento que comparte con su esposa y su hijo de 9 meses. La compañía tiene stock extra para un mes, pero no cuenta con un plan b si las fábricas no vuelven a abrir pronto, una situación por la que atraviesan miles de empresas chinas y del resto del mundo.

Incluso para aquellos que pueden hacer negocios por Internet y teléfono, el virus ha desplomado sus negocios. En el caso del sector financiero, las salidas a bolsa y diversas operaciones están en stand by. El valor de las transacciones en los primeros 30 días de este año ha sido la mitad del año pasado, según los datos recopilados por Bloomberg.

Las perspectivas no son nada halagüeñas. Para Nomura, “lo peor está por venir”. El coronavirus podría dar un golpe más severo a la economía de China en el corto plazo, según el banco japonés.

Aunque las estadísticas sugieren que el nuevo coronavirus no es tan letal como el SARS, ya ha infectado a más personas, y la velocidad a la que se ha propagado la enfermedad está alimentando el miedo.

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