Albert Pintó critica desde el terror la «alienación de las grandes ciudades» en la película ‘Malasaña 32’

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Albert Pintó critica desde el terror la «alienación de las grandes ciudades» en la película ‘Malasaña 32’

"Lo bonito de la película es hablar de esta gente que viene del pueblo durante la transición española".

Amparo (Begoña Vargas) acaricia el retrato de Clara en 'Malasaña 32'

El director de cine catalán Albert Pintó estrena el próximo 17 de enero su octava película, ‘Malasaña 32‘, ambientada en la España de finales de los años 70, en la que el terror y los sucesos paranormales que se dan en un edificio situacio en el icónico barrio madrileño comparten protagonismo con una crítica social hacia la «alienación» de las grandes ciudades, que muestra otros miedos «más evidentes».

«Lo bonito de la película es hablar de esta gente que viene del pueblo durante la transición española, un contexto histórico que nos ha ayudado a dar a entender que esta familia, que acogía la mudanza con mucha ilusión y que se ha gastado todos sus ahorros en un piso, estaba en situación de desventaja en el momento en el que empiezan a ocurrir cosas allí», ha subrayado Pintó en una entrevista con Europa Press con motivo del estreno del filme.

El cineasta matiza que hay una doble lectura en la historia de los Olmedo, una familia «un poco desestructurada» que llega a Madrid desde el campo en busca de nuevas oportunidades e intenta crecer en la gran ciudad «pero se lleva un bofetón». De este modo, apunta que la situación que viven en su nueva casa «no les ayuda a superar sus propios conflictos internos», los cuales se ven obligados a afrontar para superar un mal mayor.

Para la actriz Bea Segura, que da vida a Candela, la madre de la familia Olmedo, el filme «es muy original» porque, además de trasladar al espectador a un momento histórico que «pocas veces se ha retratado desde el punto de vista del terror», refleja el «gran contraste» entre las expectativas de la familia al llegar a Madrid y lo que les va a suceder.

Segura considera que este hecho ha permitido crear personajes «con muchas capas» que evolucionan en muchos sentidos; mientras que Iván Marcos, que en el filme interpreta a Manolo, marido de Candela, apunta que el principal mensaje de la película tiene que ver con la falta de confianza que hay dentro de la familia en torno a lo que está sucediendo en el edificio.

Por su parte, Begoña Vargas, que da vida a la hija mayor de los Olmedo, Amparo, opina que la película muestra otra moraleja importante, que no viene dada por la familia, y señala que prefiere no desvelarla «para no hacer spoiler».

Vargas asegura que no pasó nada de miedo durante el rodaje por el «buen rollo» que hubo entre el equipo y los actores, algo que le dificultó transmitir ese terror que pedía la escena. «Había momentos en los que me reía y me preguntaba a mí misma que por qué me estaba riendo ahí. A lo mejor alguien hacia alguna tontería o se reía y yo no me podía concentrar», ha bromeado.

La perspectiva de Marcos es diferente. El actor ha explicado que pensaba que no iba a experimentar sensaciones de miedo reales durante el rodaje, hasta que vio una escena protagonizada por Iván Renedo -el actor que interpreta al pequeño Rafael en la película-, que le produjo una «angustia absolutamente paternalista».

JAVIER BOTET, DE MONSTRUO A ADMINISTRADOR DE FINCAS

‘Malasaña 32’, inspirada en hechos reales, cuenta también con la colaboración especial del actor Javier Botet, que se quita el traje de monstruo para dar vida a un personaje humano, el administrador de fincas que enseña a los Olmedo su nuevo hogar. Sin embargo, Botet esconde un secreto que hará que los espectadores respiren toques de humor entre tanto miedo.

«En la peli hay muchas sorpresas y se van descubriendo cosas inesperadas. El administrador es un personaje humano, algo atípico por mi parte en las películas de terror, gracias a que Albert, que sabe que soy un habitual en el cine de terror, le dio una doble vuelta al personaje para despistar al público», sostiene Botet.

Pintó ha destacado que el hecho de que sea el personaje de Botet el que lleve a los Olmedo a esta casa es «un guiño» a su trayectoria dentro de algunas de las criaturas paranormales del cine, al tiempo que ha añadido que su «simpatía forzada» con la familia le hace culpable desde el principio.

Botet ha mostrado su agradecimiento por poder desarrollar su carrera en el cine de terror, un sueño que persigue desde la infancia, aunque asegura que también le encanta participar en comedias o en dramas porque «ama el cine en todos sus géneros» y le encanta salir del terror, refrescarse y volver a entrar en él.

«Me encanta el drama o la comedia, pero jamás me quejaría si no saliese nunca del terror porque es una bendición. Tengo la suerte de que, cada vez más, los directores le dan otra vuelta a mis personajes, como en ‘Malasaña 32. No quiero hacer menos cine de terror, quiero hacer más cine de todo», puntualiza.

El director ha explicado que otro matiz poco habitual de este género cinematográfico y que da un «punto de originalidad» a esta película son las escenas de terror ambientadas de día. «Estábamos buscando esa idea del terror diurno, de que no estés a salvo nunca, de que no le haga falta que se haga de noche para que te acojones», sostiene.

«BUSQUÉ LA PARTE MÁS SOCIAL Y MENOS PARANORMAL DE LA HISTORIA»

Para su banda sonora, ‘Malasaña 32’ ha contado con la participación de El Chojin, que ha escrito la canción ‘Creéme’ -interpretada junto a Nita, de Fuel Fandango-, basada en la parte social «y menos paranormal» de la historia.

«Quería no caer en lo típico, no hacer un tema que fuera del todo previsible para una película de miedo. Busqué la parte social y menos paranormal de la historia y me quedé con la de los protagonistas como personas y el drama que están sufriendo, algo que no ha dejado de ocurrir nunca», ha subrayado.

En este sentido, el rapero, que se define a sí mismo como «un gran fan» del cine de terror, apunta que «lo más importante» del filme es el miedo a la soledad de los personajes al no sentir el apoyo de sus seres queridos, así como el que puedan tener al intentar solucionar sus problemas, algo que, a su juicio, asusta más que el momento en el que suena algo o se abre una puerta sola.

«Esta familia cambia de lugar para intentar vivir mejor, piensan que esa es la solución a sus problemas, pero se encuentran con que eso no es así. Lo duro es que hay problemas fuera y que a la hora de volver a casa no estés a gusto tampoco, porque eso hace que ya no te quede ningún espacio», señala.

Asimismo, ha matizado que su intención era reflejar la necesidad que el ser humano tiene de tener a alguien al lado que le apoye de verdad y le crea «sin pensar que está loco». «Esa parte da más miedo todavía para el propio personaje porque no solo te enfrentas a algo extraño, sino también a tí mismo porque piensas que eso que está pasando no puede ocurrir de verdad», ha concluido.

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