El Congreso de Laicos advierte de un «escaso protagonismo de la mujer» en la Iglesia

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El Congreso de Laicos advierte de un «escaso protagonismo de la mujer» en la Iglesia

Los miembros de la Iglesia observan que son "más inconformistas" y poseen "un mayor espíritu crítico".

Iglesia vidriera jesus

El Instrumento de trabajo preparatorio del Congreso de Laicos 2020, promovido por la Conferencia Episcopal Española, que se celebrará del 14 al 16 de febrero en Madrid, advierte de un «escaso protagonismo de la mujer» en la Iglesia y de un «excesivo clericalismo». Así queda reflejado «de manera reiterada» en las aportaciones de las diócesis, congregaciones, movimientos y asociaciones católicas que han participado en la elaboración de este documento. En concreto, el Instrumentum Laboris recoge las aportaciones de 2.485 grupos, integrados por más de 37.000 personas, de toda la geografía española.

Entre las «sombras» que reconocen en el laicado, destaca esa escasa presencia de la mujer. «Se considera muy positivo el mayor protagonismo que están adquiriendo las mujeres en coherencia con su dignidad de bautizadas, si bien se observa que queda mucho camino por recorrer», indica el documento.

Además, añade que «lejos de la autocomplacencia», los miembros de la Iglesia observan que son «más inconformistas» y poseen «un mayor espíritu crítico». En este sentido, el Instrumento de trabajo valora «muy positivamente» que, como Iglesia, «se reconozcan los pecados de algunos de sus miembros en lugar de ocultarlos» y se «comprometen a sanar las heridas por ellos provocados», en referencia a los abusos.

Precisamente, el documento señala que los «graves escándalos de abusos (sexuales, económicos, de poder o de conciencia)» influyen «muy negativamente» también en relación con la «secularización de la sociedad y el relativismo en el pensamiento dominante». «Nuestra identidad eclesial se diluye y pierde vigor. Estas graves crisis están generando mucha inquietud en el pueblo santo de Dios», apunta.

Este «contexto secular y pluralista» muestra, según indica el Instrumentum Laboris, «unas comunidades cristianas debilitadas» con «una pérdida de la centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana» y «una falta de vivencia adecuada de los sacramentos y, en particular, de la Liturgia».

En cualquier caso, el documento asegura que existe «un renovado impulso misionero» en la Iglesia española y «una mayor conciencia de la importancia del laicado en la tarea evangelizadora». «Tenemos un laicado más comprometido y más consciente de la necesidad imperiosa de asumir el protagonismo al que estamos llamados los fieles laicos. Ciertamente, estamos convencidos de que esta es, en verdad, ‘la hora de los laicos'», enfatiza.

NO ES UNA VOCACIÓN DE SEGUNDA
En todo caso, a pesar de haber «avanzado» en este sentido, constata una «falta de comprensión de lo que significa la vocación laical, que se sigue considerando una vocación de segunda», lo que conduce a «una visión de la relación sacerdote-laico basada en la oposición y en la jerarquización que, además, tiene como efecto un alto grado de paternalismo que dificulta el crecimiento espiritual de los fieles laicos».

El instrumento de trabajo también apunta que existe en las estructuras «una evidente resistencia al cambio» así como «un cierto pesimismo»; descubre una «debilidad» en la formación de los laicos, y observa un «excesivo dogmatismo» ante situaciones personales que, «lejos de poner la atención en el sufrimiento que generan, conducen a la crítica y al rechazo».

Entre los «signos de esperanza», el Instrumentum Laboris destaca «el compromiso vocacional y misionero de tantos laicos» así como «la conversión de personas alejadas» y el compromiso de muchos cristianos laicos con causas justas tales como la promoción de la mujer, el cuidado del planeta, la lucha contra la pobreza, el fomento del trabajo digno, la acogida e integración de los inmigrantes o la atención a los mayores.

El documento también hace hincapié en la necesidad de dar un impulso misionero desde la sinodalidad. «Queremos ser comunidades unidas, donde encontramos cristianos con vocaciones distintas, pero una misma llamada a la misión», subraya el texto. No obstante, apunta que hace falta «un cambio de mentalidad» y plantea que es «urgente desclericalizar la pastoral».

«No se trata únicamente de llevar a cabo acciones específicas ni de desarrollar planes pastorales. Unas y otros son necesarios. Pero presuponen una actitud permanente de conversión pastoral y misionera. Y exigen una pastoral de conjunto», precisa el instrumento de trabajo.

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