Señor Presidente del Parlamento de Cataluña, su intento de jugar al ratón y al gato con el Tribunal Constitucional, cambiando por sorpresa la hora del Pleno para aprobar las mociones de la CUP, refleja la falta de respeto que usted se tiene a sí mismo y a la institución que preside, todo en aras de evitar las consecuencias que la desobediencia le acarrearía.
El festival del desacato y del desistimiento, con la deserción de las obligaciones estatutarias y constitucionales, proseguirá escalando. Mientras, aquí cunde la discusión de si son galgos o podencos. Atentos.