“No tiene sentido que una comunidad tenga concierto económico y otras no”

Entrevista a Alberto Montero

“No tiene sentido que una comunidad tenga concierto económico y otras no”

Entrevista Alberto Montero, miembro de Unidas Podemos y uno de los responsables del programa económico de la formación.

Alberto Montero

Alberto Montero es uno de los responsables del programa económico de Unidas Podemos. Residente en Málaga, el economista confía en un buen resultado de la formación morada para cambiar el modelo redistributivo del país, que ha penalizado a las clases más desfavorecidas.

Relacionado durante mucho tiempo con Iñigo Errejón, Montero afirma sentirse “muy cómodo” en Unidas Podemos y advierte, a colación de la irrupción de Más País, que la concurrencia de tres formaciones ya fragmentaron el voto en la derecha.

¿Vamos hacia una nueva recesión?

No lo creo. Estamos en un proceso de desaceleración producto de inestabilidades geopolíticas y, de alguna manera, por la falta de políticas decididas de la UE en materia fiscal que complementen una unidad monetaria que ya está exhausta.

Más que hacia una nueva recesión vamos hacia una toma de conciencia de que el crecimiento, en estos momentos, es necesario impulsarlo a través de mecanismos de política fiscal.

¿Para que una economía sea buena tiene que crecer?

Sí. Lo importante no es que crezca o no crezca, lo importante es el patrón de crecimiento, tanto en términos productivos como distributivos. La cuestión no es el crecimiento, ni ese fetichismo del crecimiento, sino la redistribución de las rentas que se generan.

Los ingresos de la clase más baja en estos momentos son inferiores a lo que eran antes de la crisis. Sin embargo, llevamos años hablando de recuperación y crecimiento.

Ha sido un crecimiento basado en la exclusión y la extracción de renta a las clases populares. Desde el momento en el que uno de los mecanismos para la recuperación económica lo articulas a través de una reforma laboral y de la devaluación salarial, lo que provocas es un incremento de la desigualdad.

Durante años se ha tratado de vincular a Podemos con Venezuela. ¿Por qué lo que sucede en Chile en estos días no es vinculable a la idea de Ciudadanos?

Ese tipo de comparativas me resultan impropias.

Me refería a si el modelo neoliberal chileno, que ha provocado el sufrimiento y el hartazgo de la población chilena, podría tener alguna vinculación teórica con las tesis de Ciudadanos.

El modelo actual es tan fallido como lo fue el neoliberalismo extremo de Pinochet. Igual que Macri en Argentina. Son políticas que se demuestran que fallan constantemente en esos países de América Latina y que afectan, sobre todo, a las clases desfavorecidas.

El programa de Vox en las últimas elecciones también tenía claros tintes de neoliberalismo económico. Sin embargo, la sensación es de que apenas se reparó en ello en los medios de comunicación.

Cuando se hace brocha gorda de prácticamente todo, y lo que se articula es un programa sustentado sobre eslóganes…en cualquier caso, más vale que no llegue la situación en la que puedan poner en marcha sus políticas. Todo es malo. Todo mal.

¿El Estado debe ser propietario y/o regulador de la economía?

El Estado tiene que ser propietario en algunos sectores y regulador en otros. La mayor parte de las economías tienen empresas públicas, un corpus regulatorio en determinados sectores, y conviven con el sector privado.

Hay sectores estratégicos que si no pueden ser regulados convenientemente por la dificultad para hacerlo, más vale que sean un monopolio público para que confronte con lo que acabe siendo un oligopolio privado.

¿En qué sectores debe tener el Estado presencia?

En la banca, sobre todo después del proceso de oligopolización que se ha producido, que ha hecho que un servicio básico como el acceso a los servicios financieros no sea accesible a todos. Se han cerrado muchas sucursales bancarias.

Un banco público es necesario para que actúe de contrapeso, al margen de que tienen que estar regulados.

La idea, entiendo, es utilizar Bankia para ese cometido.

Sí, como contrapeso.

¿Y nacionalizar sectores?

El Estado tiene que recuperar presencia en el de las energéticas. No tiene sentido que el Estado se desprendiera de acciones que fueron compradas por empresas públicas italianas.

En el sector de la transición energética también va a ser necesario un banco de inversión público. Eso no significa nacionalizar, sino presencia pública como un competidor más.

En el caso de que Unidas Podemos ganara las elecciones, ¿España tendría una jornada de 34 horas semanales y un salario mínimo de 1.200 euros?

De forma progresiva. Nuestra propuesta con el salario mínimo es un paso inicial de los 900 a los 1.000 euros y luego progresivamente a los 1.200 euros durante la legislatura, porque hemos visto que la subida anterior no ha tenido ningún efecto negativo sobre la contratación y los despidos.

En la última EPA cayó el número de trabajadoras del hogar, que podrían estar afectadas por la economía sumergida.

Lo que hay que incentivar es la persecución del fraude, no tener peores condiciones salariales de los trabajadores para que eso no suceda.

En relación a la jornada laboral, será como proponemos. Por razones de productividad, conciliación, porque no podemos seguir teniendo la misma jornada que teníamos hace 40 años, cuando nuestro sistema productivo ha cambiado.

Más País propone 32 horas semanales.

Que se haga eco de nuestra propuesta, está bien, pero ya venía en nuestro programa anteriormente.

¿Un pequeño comercio cómo podrá competir con los grandes, que disponen de una mayor rotación de plantilla?

Utilizamos ejemplos muy puntuales para hacer teorías generales. No creo que se pueda hacer esa teoría a partir de lo que ocurre en el comercio de enfrente porque, probablemente, ninguno de los que trabaje ahí trabaja las 40 horas que tiene acordadas.

Proponemos medidas que trascienden de lo económico, porque entra la conciliación, el derecho a la vida. No me sirve lo que ocurre en casos de excepcionalidad que ya existen.

Pero no sé si es excepcional la realidad de que cada vez hay menos comercios pequeños.

Y las horas extras no remuneradas de los trabajadores que ejercen en esos comercios.

De hecho, con el control del horario laboral se han reducido las horas extras sin pagar.

Este es el problema que tenemos. En una economía que tiene una tasa del paro de casi el 12% y donde gran parte de los desempleados son de baja cualificación, se encuentran con la necesidad del trabajo y son sometidos a condiciones de explotación ajenas al marco del estatuto de los trabajadores.

No se trata solo de saber qué efecto tiene una medida aislada, sino cómo se conjuga esa medida con otras, en ese caso, con inspección de trabajo.

¿Cómo garantizar el futuro de las pensiones?

Vivimos en una situación de emergencia artificialmente construida. El futuro de las pensiones va a estar en una situación de relativa dificultad en los próximos 30 años. Una vez pasados esos años, la situación se volverá a estabilizar.

Lo que va a subir anualmente el gasto en pensiones va a ser en torno al 3% del PIB. Nos vamos acercar a la media de los países europeos.

¿Qué tiene que ocurrir durante esos 30 años para que no haya problemas?

Hay que reforzar la vía de las cotizaciones a la Seguridad Social. Veníamos de un mercado de trabajo muy estimulado, con salarios más altos para la época y con poco desempleo. Eso dio provocó un superávit en la hucha de las pensiones.

Luego nos encontramos que las políticas de devaluación salarial y el incremento del desempleo, junto a otras políticas aplicadas contra la crisis, han tenido un efecto sobre la Seguridad Social. Por eso hay que reforzarla desde varías vías.

¿Por ejemplo?

Gravar con cotizaciones empresariales más elevadas a las empresas que utilizan de forma fraudulenta la temporalidad del trabajo. No tiene ningún sentido que trabajos que tienen un carácter indefinido en el seno de la empresa se utilicen de forma rotaria entre trabajos temporales para así no conceder derechos.

Esa es una vía para reforzar la Seguridad Social y para evitar la temporalidad. Por eso comentaba antes lo importante que es analizar las medidas en su globalidad, no en casos concretos.

¿Y nuevos impuestos ajenos al contrato laboral?

Sí. Tenemos un sistema de pensiones que está construido sobre un tipo de mercado de trabajo con vidas laborales continuas y ascensos. Eso ya no ocurre, tenemos una vida laboral discontinua, precaria, no tenemos estabilidad en el empleo…

Por lo tanto, no podemos confiar solo en la financiación vinculada al mercado de trabajo, sino que tenemos que complementarlo con presupuestos, vía fiscal. Cualquier déficit que se genere durante los próximos años en la Seguridad Social debe ser cubierto por la vía fiscal.

El economista Andrés Villena nos comentó que nunca habíamos estado tan lejos del liberalismo como ahora. ¿Es así?

Claro. Desde los patrones esenciales del liberalismo, que debería ser la igualdad de oportunidades, hasta los impuestos de sucesiones y donaciones.

Según los datos facilitados por la Comunidad de Madrid, en los últimos años la región ha dejado de ingresar unos 6.000 millones de euros por la bonificación del Impuesto de Patrimonio.

Y esos ya te digo que no los paga ni tu familia ni la mía. Además, estas ideas son cosa de la derecha de aquí, en Europa no defienden esa postura. Aquí se han echado al monte, ni Impuesto de Patrimonio, ni Sucesiones y donaciones…

¿A partir de cuánto dinero se es rico?

Qué es ser rico no lo sé. Hay categorías de determinados escalones en el IRPF que determinan a partir de qué estrato se sitúa cada uno. No es lo mismo tener una renta de 60.000 euros en Málaga que tenerlo en Madrid, todo es muy relativo.

De todos modos, no se grava en función de un epíteto, se grava en función de unos ingresos y de una determinada renta.

En relación a los gravámenes, el peso del IRPF y el IVA cada vez es mayor en la recaudación fiscal mientras que el de Sociedades lleva décadas cayendo.

El de Sociedades a la mitad, a pesar de que han recuperado el nivel de beneficios previos a la crisis, la recaudación de este impuesto se ha reducido a la mitad. Por otro lado, hay que ajustar el IVA para que sea progresivo. No es lo mismo los bienes y servicios básicos que los artículos de lujo, a los que queremos subir a un 25%.

Empresarios dicen que si se les sube Sociedades no van a poder competir con otras empresas afincadas en lugares con fiscalidad más baja.

Eso es elevar la competitividad a un valor absoluto que no tiene por qué ser así. Luego, yo no veo el tránsito masivo de empresas francesas hacia España porque tengamos una fiscalidad más suave en determinados aspectos. Por tanto, es una falacia.

Además, se está revirtiendo porque se está produciendo la deslocalización de la deslocalización. Hay muchas empresas que están volviendo a Europa por varios motivos, la mano de obra cualificada, la seguridad jurídica…

Hace unos días se publicó un mapa sobre la renta per cápita en España donde el país se dividía claramente en tres partes. Madrid, Cataluña y País Vasco en lo más alto, la mitad norte en el medio, y el sur en lo más bajo del escalafón. ¿España se rompe por su bolsillo?

España se rompe por muchos sitios. Esa es una ruptura que se sigue sin acometer. El sistema de financiación autonómica necesita urgentemente remodelarse a los tiempos que vivimos.

Se rompe por más sitios, porque en vez de hacer una línea que separa el norte y el sur, podríamos haber hecho un círculo tipo donut, sacando del medio a Madrid, y tenemos unos grandes espacios vacíos, la España vaciada, donde no hay riqueza ni esperanza de que la haya.

Hubo quienes relacionaron la riqueza de Cataluña y País Vasco con los movimientos independentistas.

No sé si Madrid ha tenido últimamente algún movimiento independentista.

Quizá fiscal.

Sí. Es lo que ocurre cuando tienes un tejido productivo tan polarizado hacia determinados espacios. Esto es producto de una trayectoria política.

¿Qué le parecería que Cataluña tuviera su propio concierto económico?

No creo que el problema de Cataluña sea un problema de financiación. Lo que creo que es que antes de entrar a esos pormenores hay que solventar el problema político.

No creo tampoco que se vayan a resolver de la España vaciada ofreciendo ventajas fiscales, de alguna manera, a determinados territorios porque simplemente se alzan con una posición independentista.

¿Le parece insolidario el Concierto Económico vasco?

Me parece una excepción dentro de un modelo de financiación territorial que está agotado. Por lo tanto, no solo hay que hablar del modelo vasco sino del modelo de financiación autonómico.

¿Eso se traduce en que no haya ese Concierto?

No, se traduce en que tenemos que sentarnos todos en una mesa a saber si igual lo que tenemos que hacer es un Concierto Económico vasco para todas las autonomías. Lo que no tiene sentido es que lo tenga una en concreto y no otras. Hay que reformular el sistema donde, insisto, el caso vasco es una excepción que no entro a valorar.

A usted siempre se la ha relacionado con el ‘errejonismo’ dentro de Podemos. ¿Por qué no se unió a Más País?

Porque soy padre, junto con Nacho Álvarez y otros compañeros de la secretaría, de este programa económico y creo que es un programa que permite dar un cambio a este país.

Además, durante estos tres años que llevamos trabajando, hemos conseguido que muchas cuestiones que planteábamos al principio, y que nos miraban con cara asustada, se hayan convertido en cosas de sentido común.

Está bien que desde otros espacios cojan ideas nuestras y las trasladen a sus programas. También lo hace el PSOE. No tenemos derechos de propiedad sobre el programa.

¿Qué le parece el momento y las formas con las que ha irrumpido Más País?

Es un momento en el que la extrema derecha está subiendo de forma peligrosa. Si se ha convertido de sentido común político el hecho de que la presencia de tres partidos políticos en la derecha ha fragmentado el voto y ha penalizado a la derecha, no sé por qué teníamos que copiar el modelo en la izquierda.

Quizá Más País pueda seducir a votantes jóvenes de Ciudadanos.

Yo también puedo aspirar a seducir cosas difíciles de alcanzar.

Otro de sus ejes es el Green New Deal. Errejón se ha puesto la capa verde para estas elecciones. ¿Qué le parece?

Si no es una cuestión estética le diría que la enseñanza de Equo y de sus éxitos políticos durante las últimas legislaturas hace que sea muy difícil que un partido verde, simplemente con esa connotación, tenga la relevancia política que tiene la materia que ellos defienden.

Para eso ya estaba Equo, y Equo estaba en Unidas Podemos. Nuestros programa tiene desde hace tiempo un tinte verde.

¿Qué haría con las casas de apuestas?

Cerrarlas.

¿Todas?

No entiendo el sentido de las casas de apuestas.

Le van a acusar de que la izquierda solo sabe prohibir.

No sé si prohibirlas, pero regularlas de manera muy estricta quién puede entrar o no.

¿El tabaco lo prohibiría?

No.

¿Es más perjudicial para la salud las casas de apuestas que el tabaco?

No son cuestiones comparativas.

¿y el cannabis?

La regulación del uso social lleva a que desaparezcan fenómenos vinculados a él y aumenta la facilidad de un control público.

¿El trabajo es una suerte de esclavitud?

No lo creo. El trabajo es necesario, es necesario que se produzcan bienes y servicios para satisfacer necesidades, y alguien lo tiene que hacer. Me parece que cuando no hay trabajo la gente vive más preocupada que cuando lo hay.

Otra cosa son las condiciones del trabajo. Creo que avanzamos hacia un régimen de trabajo que está imponiendo no sé si algo similar a la esclavitud. Se aceptan condiciones y precios que son claramente injustos con la etapa histórica que nos ha tocado vivir.

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