El selecto ‘club de bancos’ que se frota las manos con las compras de bonos de la Fed

Bancos centrales

El selecto ‘club de bancos’ que se frota las manos con las compras de bonos de la Fed

La banca sigue apurando al máximo las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal.

Jerome Powell, gobernador de la Reserva Federal

Las tensiones en los mercados monetarios han obligado a la Reserva Federal a volver a comprar deuda en el mercado. Un anuncio que supone una noticia especialmente buena para los denominados ‘primary dealers’, un selecto conjunto de bancos que se beneficiará de las opciones que se le abren en un mercado del Tesoro de 16,3 billones de dólares en un momento en que la liquidez escasea.

Los ‘primary dealers’ son entidades, normalmente bancos, que compran directamente al Tesoro los bonos y letras emitidos con la intención de revenderlos, actuando de este modo como creadores de mercado. Esta actividad conlleva obligaciones pero también ventajas: los ‘primary dealers’ tienen que hacer ofertas en las subastas de deuda de EEUU, pero al mismo tiempo pueden vender del tesoro directamente la Fed. Y en un momento en que EEUU cada vez acude más a los mercados para financiar su creciente déficit, tener un comprador ‘cautivo’ que te permita descargar ese papel llega en un momento oportuno, publica la agencia Bloomberg.

“La actividad en el mercado secundario de la Reserva Federal proporciona una salida de liquidez directa adicional para los ‘primary dealers’, lo que sin duda puede agregar al atractivo ya fuerte de esta distinción”, reflexiona Paul Hamill, experto de Citadel Securities, a la agencia estadounidense.

El número de ‘primary dealers’ ha comenzado a recuperarse tras caer en más de la mitad desde su pico a fines de la década de 1980, en su mayor momento de auge. En mayo, Amherst Pierpont Securities se convirtió en el miembro número 24 y la primera incorporación desde 2016. A este club pertenecen gigantes de Wall Street como JP Morgan, Goldman Sachs, Citigroup y también bancos europeos como Deutsche Bank, Barclays o Credit Suisse.

El banco central estadounidense anunció a principios de este mes un nuevo programa de compra de deuda que inicialmente tendrá como objetivo unos 60.000 millones de dólares mensuales en papel del Tesoro a corto plazo.

No se trata de una QE como la realizada en respuesta a la crisis financiera, sino que sobre el papel la institución está usando su balance para asegurarse de que los bancos tengan suficientes reservas y que una cantidad adecuada de capital fluya a través del sistema. El esfuerzo también tiene como objetivo mantener el tipo de interés de los fondos propios de la Reserva Federal a un día dentro de un rango objetivo de 25 puntos básicos.

Mientras, los mercados monetarios siguen dando claros síntomas de un problema de liquidez. En la última inyección realizada ayer, la Fed se vio obligada a inyectar 76.583 millones de dólares en el mercado de repo a un día, a un tipo de interés medio de un 1,80%. La semana pasada la institución se vio obligada a ampliar de 75.000 millones de dólares a 120.000 millones el límite de estas inyecciones, después de que en varias ocasiones la demanda superase ampliamente la oferta.

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