La estación de Gran Vía no abrirá hasta marzo de 2020, un año después de lo previsto

Metro de Madrid

La estación de Gran Vía no abrirá hasta marzo de 2020, un año después de lo previsto

La dificultad de la obra ha dilatado los plazos de ejecución, inicialmente estimados para 2019.

Gran Vía Madrid Central

La estación de metro de Gran Vía reabrirá sus tornos a finales de marzo del año 2020, según informan fuentes de la operación a EL BOLETÍN. Ese es el plazo que se contempla para dar carpetazo a unas obras que, inicialmente, deberían haber acabado en abril de 2019 y que, si no surgen nuevos imprevistos, lo hará un año más tarde.

“Metro de Madrid cerrará la estación de Metro de Gran Vía desde el lunes, 20 de agosto, hasta el 13 de abril de 2019, por los trabajos a realizar para la conexión con Cercanías Sol y la instalación y mejora de los ascensores en la estación”.

Esa fue la información que ofreció la anterior Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid cuando anunciaron el cierre de la emblemática estación. Los cálculos políticos iniciales barajaban finalizar la obra antes de las elecciones autonómicas de este año, fecha propicia para cortar una cinta de inauguración.

Esa es la presunta razón por la que se utilizó, en un inicio, maquinaria grande y pesada cuando especialistas – la propia empresa adjudicataria, Sando – abogaban por el empleo de máquinas pequeñas (micropilotes) que no pusieran en riesgo el patrimonio arqueológico de Metro de Madrid, como finalmente sucedió.

A las pocas semanas de iniciar las obras éstas tuvieron que ser detenidas tras el hallazgo de estos restos arqueológicos pertenecientes a la antigua estación de metro. A partir de ese momento, las obras quedaron sometidas al control de la Dirección General de Patrimonio, que decidió paralizarlas temporalmente.

A raíz de este descubrimiento, y por cuestiones de seguridad imperantes (riesgo de colapso por lluvias), la Comunidad tuvo que realizar un contrato de emergencia de 3,5 millones de euros que fue a parar a manos de la misma empresa, Sando, que ya había obtenido previamente el contrato de las obras de ampliación (3,7 millones) al realizar la oferta más baja.

Además de estos imprevistos, un cambio en las medidas adicionales de protección de los edificios supuso un nuevo empezar en los trabajos que ampliaron, aun más, el plazo de entrega de una obra ya por sí complicada.

Desde entonces hasta hoy, las obras han ido con pies de plomo y se ha requerido de la presencia de geotécnicos especialistas.

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