Advertencia del BdE a la banca: el próximo año podría activarse el colchón anticrisis

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Advertencia del BdE a la banca: el próximo año podría activarse el colchón anticrisis

De activarse este instrumento macroprudencial, las entidades contarían con un plazo de doce meses para cumplir con el requerimiento.

Banco de Espana

El Banco de España ha decidido mantener en el 0% el porcentaje del colchón de capital anticíclico (CCA) aplicable a las exposiciones crediticias situadas en España durante el cuarto trimestre de 2019. No obstante, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos abre la puerta a que el próximo año se active este instrumento si se confirman las previsiones que maneja a día de hoy.

Este colchón anticrisis es un instrumento macroprudencial que conlleva que las entidades de crédito acumulen un colchón de capital durante períodos expansivos a fin de que este pueda ser liberado durante una fase subsiguiente de contracción. Es decir, que refuercen su solvencia durante las fases de crecimiento para incrementar su capacidad de hacer frente a pérdidas futuras que pudiesen provocar una contracción del crédito.

El indicador de referencia que sigue el Banco de España para guiar la activación del CCA es la denominada ‘brecha crédito-PIB’. Este indicador de desequilibrios vinculados a la evolución del crédito mide la desviación, para una fecha dada, de la ratio de crédito total al sector privado no financiero sobre el PIB respecto de su nivel tendencial.

Con la última información disponible, referida a marzo de 2019, las estimaciones de la brecha crédito/PIB se sitúan todavía en terreno negativo, aunque muestran una cierta convergencia al nivel de equilibrio de largo plazo en relación a trimestres previos, especialmente en el caso de la brecha crédito/PIB ajustada (-7,8 pp). Las proyecciones realizadas de la brecha ajustada por el Banco de España apuntan a que se situaría en niveles positivos a comienzos de 2021, superando el umbral de 2 pp, habitualmente tomado como referencia para la activación del CCA, hacia el segundo trimestre de ese año.

En relación con otros indicadores objeto de seguimiento para valorar los riesgos macrofinancieros, la ratio de crédito sobre PIB aumentó ligeramente en el último trimestre (152,8%) tras los descensos experimentados en los últimos años, mientras que la intensidad del crédito registró un incremento de casi dos puntos porcentuales, situándose en niveles positivos.

En cuanto a las estimaciones de sobrevaloración de los precios de la vivienda, siguieron aumentando moderadamente en el comienzo de este año, situándose en niveles de equilibrio, pero previéndose que sigan en una senda ascendente durante los próximos tres años. La ratio del servicio de la deuda de empresas y hogares sobre su renta disponible se mantuvo estable en niveles reducidos como consecuencia del bajo nivel de los tipos de interés y el saldo de la balanza por cuenta corriente (en relación al PIB) siguió mostrando un superávit, aunque inferior al del trimestre precedente.

En relación al ciclo económico, según el último avance del Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB habría aumentado un 0,5% en tasa intertrimestral (2,1% en tasa interanual) en el segundo trimestre del año. En consecuencia, la ‘brecha de producción’ de la economía española, en valores positivos desde 2018, continuó aumentando. Durante la actual fase de recuperación económica, la brecha de producción parece estar anticipándose en alrededor de dos años a la de la brecha crédito-PIB ajustada.

En conjunto, el análisis realizado ampara el mantenimiento del colchón anticrisis en el 0%, si bien, de confirmarse las previsiones, en el próximo año diversos indicadores de referencia superarían los umbrales de activación, señala el Banco de España. De activarse este instrumento macroprudencial, las entidades de crédito afectadas contarían con un plazo de doce meses para cumplir con el requerimiento.

Este análisis, no obstante, está condicionado al cumplimiento del escenario central de previsiones, que, en la actualidad, se encuentra sujeto a numerosos factores de riesgo a la baja (posibilidad de un Brexit sin acuerdo, intensificación de las tensiones comerciales, retraso en la recuperación del crecimiento económico en el área del euro). Si eventualmente se materializasen tales riesgos, con un impacto significativo en el PIB español, el anterior diagnóstico se vería consecuentemente alterado.

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