De Draghi a Lagarde: ¿hasta dónde pueden bajar los tipos de interés?

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De Draghi a Lagarde: ¿hasta dónde pueden bajar los tipos de interés?

Los analistas de ABN Amro auguran dos recortes en el tipo de depósito entre este año y principios del que viene.

Christine Lagarde, futura presidenta del BCE

El 31 de octubre el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejará su cargo en manos de Christine Lagarde, en un relevo que el mercado no espera que sea nada traumático. El banquero italiano había dejado bien atada por un tiempo su política monetaria ultra-acomodaticia, y en todo caso la elección de la política francesa parece una apuesta clara para continuar con el rumbo fijado. La pregunta que se hacen los expertos es más bien: ¿hasta dónde pueden llegar los tipos negativos?

Un simple vistazo al resto de Europa muestra que el BCE tiene margen, pero no demasiado, para ponerse al nivel de otros bancos centrales en cuanto a los tipos negativos se refiere. El banco central suizo tiene el equivalente a la tasa de depósito del -0,75% y la tasa de depósito del banco central danés es del -0,65%. Asimismo, el banco central sueco tiene un tipo de interés para los depósitos del -1,1% y llegó a situarlo en el -1,25%. No obstante, según recuerda Nick Kounis, jefe de Investigación de Mercados Financieros de ABN Amro, en el caso sueco ese tipo no es el principal impulsor de los tipos interbancarios en Suecia, por lo que la situación no es comparable con la forma en que funciona la política monetaria en la zona del euro.

Kounis augura que el BCE recortará en 20 puntos básicos el tipo de facilidad de depósito –un recorte de diez puntos en septiembre y otro igual a principios del próximo año-, lo que llevaría a esta tasa al -0,60%. “La razón principal para reducir aún más el tipo de interés de los depósitos en este entorno es poner un tope a la fortaleza del euro en el contexto de los recortes de tipos de la Reserva Federal”. ”, valora el experto del banco holandés. “Si el BCE no recortara los tipos, un euro más fuerte frenaría aún más el crecimiento y la inflación a corto plazo y, por lo tanto, no sería bienvenido”.

No obstante, el analista de ABN reflexiona que, “en general, el margen para nuevas reducciones de tipos más allá de los 20 puntos básicos que tenemos en nuestro escenario base es limitado”. “En un entorno en el que el tipo de interés de equilibrio (el tipo que no estimula ni restringe la actividad económica) es probablemente muy bajo y se están creando riesgos a la baja para el crecimiento, el BCE debe recurrir a otras medidas. En particular, creemos que la compra de activos seguirá siendo la principal herramienta política del BCE en el futuro”.

En ese sentido, el relevo en la presidencia de la institución no parece que vaya a afectar al rumbo de la institución, como se había temido si el elegido hubiese sido el alemán Jens Weidmann. Aunque el nombramiento de Christine Lagarde “fue una sorpresa”, según reconoce David F. Lafferty, director de Estrategias de Mercado de Natixis Investment Managers, la exministra francesa “no tendrá que crear un nuevo manual de política monetaria; puede jugar con la de Draghi”.

“Con una inflación baja, un crecimiento lento y unas reformas estructurales difíciles de encontrar”, reflexiona Lafferty, “su habilidad para navegar por la política europea probablemente valga más que un doctorado en economía”. “Lagarde se encargará de vender la política del BCE, tanto a los países de la Eurozona como a los inversores globales, más que de establecerla”, pronostica.

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