Bruselas se pone seria para que las ‘finanzas sostenibles’ no se limiten a un lavado de cara de la banca

Cambio climático

Bruselas se pone seria para que las ‘finanzas sostenibles’ no se limiten a un lavado de cara de la banca

La Comisión Europea pone en marcha una 'clasificación' de qué inversiones pueden ser consideradas 'verdes' y respetuosas con el clima.

Cambio climático

En un mundo cada vez más preocupado por el cambio climático, existe el riesgo de que palabras como ‘finanzas sostenibles’ o ‘economía verde’ se conviertan en meros reclamos publicitarios de la banca para atraer a la clientela o a los inversores. Para hacer frente a este riesgo, el grupo de expertos de la Comisión Europea sobre finanzas sostenibles acaba de publicar un extenso informe que aspira a convertirse en la guía que defina las condiciones y criterios que deberán cumplir todos los proyectos de inversión que quieran ser considerados “verdes y respetuosos con el clima”.

El temor de Bruselas es que las entidades se limiten a señalar que sus proyectos son verdes como un modo sencillo de mejorar su imagen en un momento en que la reputación de la banca no pasa por sus mejores momentos, con las secuelas de la crisis financiera todavía muy presentes. A tal efecto se ha acuñado el término ‘green washing’, que no sería otra cosa más que “el uso méramente cosmético de la calificación de verde”, como señala el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.

Roldán, que intervino ayer en el tradicional ‘Encuentro Financiero’ que organiza la APIE en la UIMP de Santander, y que este año versa precisamente sobre las finanzas sostenibles, considera que “el mercado será inmisericorde con cualquier práctica cosmética que se lleve a cabo porque, como ya advertí y el tiempo está confirmando, esto de las finanzas sostenibles no es una moda pasajera, sino que ha llegado hasta aquí para quedarse”. En ese sentido, “las entidades deben aproximarse a este mercado con una mentalidad de permanencia”, apuntó el presidente de la patronal bancaria.

Pero más allá de las represalias del mercado, la intención de Bruselas es crear un nuevo sistema de clasificación (o taxonomía) que sirva de patrón para que los inversores estén bien informados a la hora de tomar sus decisiones. Según publica la revista Forbes, en la actualidad, varios países están adoptando normas nacionales basadas en clasificaciones de mercado, pero las diferencias entre estas normas pueden obstaculizar las iniciativas climáticas transfronterizas. Además, tal y como destaca Transport & Environment, una federación europea de ONG verdes, a día de hoy los bancos y las agencias de calificación son libres de definir por sí mismos lo que constituye una “inversión sostenible”.

La taxonomía de la UE en principio pondrá fin al ‘greenwashing’, ya que un proyecto no sería considerado ‘verde’ a menos que cumpla todas las condiciones de la nueva clasificación. Esas condiciones varían desde la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo hasta el uso sostenible y la protección del agua y los recursos marinos, pasando por la prevención y el reciclado de desechos y la protección de ecosistemas sanos.

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