Draghi marca el rumbo a su sucesor: no habrá reversión de la política monetaria

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Draghi marca el rumbo a su sucesor: no habrá reversión de la política monetaria

La decisión de retrasar el horizonte de las subidas de tipos compromete al sucesor de Draghi, que abandonará el cargo en octubre.

El presidente del BCE, Mario Draghi

Cuando en octubre de este año Mario Draghi abandone la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) se convertirá en el primer hombre en ocupar el cargo en no acometer ni una sola subida de tipos. Pero el italiano, además, ha pavimentado el camino para que su sucesor no pueda adoptar un cambio de rumbo y se vea obligado a seguir sus pasos durante casi un año, algo que no es baladí teniendo en cuenta que entre los nombres que suenan vuelve a destacar el ‘halcón’ alemán Jens Weidmann.

La comparecencia de Draghi ayer en Vilna fue más ‘dovish’ de lo esperado, al reconocer que “varios miembros del Consejo de Gobierno plantearon la posibilidad de recortes de tipos”. Finalmente la decisión “unánime” del Consejo de Gobierno se limitó a retrasar el horizonte de la subida de tipos “hasta mediados de 2020”, frente al anterior horizonte de “finales de 2019”, una decisión que tiene más implicaciones de lo que parece.

“Un aspecto interesante del cambio actual en la orientación hacia el futuro es que, de hecho, obligará al sucesor de Draghi a continuar con su legado durante casi un año, al menos”, señalan los analistas de ING en un informe para valorar las decisiones del BCE. “Este no era el objetivo principal de la decisión, pero el Consejo de Gobierno comprometió a cualquier próximo presidente con su actual política monetaria. No habrá reversión de la política monetaria como en 2011, cuando Draghi comenzó su mandato”, apuntan.

Draghi, que será recordado por su famoso ‘whatever it takes’, dio por completo la vuelta a la política monetaria que había llevado a cabo Jean Claude Trichet. El banquero francés había acometido su última subida de tipos en julio de 2011, pero la llegada del italiano cambió el rumbo de la institución, hasta el punto de que ocho años después abandonará el cargo con el precio del dinero en sus mínimos históricos. El tipo de referencia se encuentra en el 0%, el tipo de la facilidad marginal de crédito en el 0,25% y el tipo de la facilidad de depósito en el -0,40%.

Y la intención de Draghi es dejarlo todo ‘bien atado’ durante un tiempo, algo más relevante de lo que parece sobre todo si su sucesor es un ‘halcón’ -como se conoce a los responsables de política monetaria más partidarios de la ortodoxia-. Entre los nombres que más suenan se encuentra el alemán Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y una de las voces más críticas dentro del seno de la institución a las políticas de Draghi.

Esta ortodoxia de Weidmann había despertado muchos recelos en otros países europeos, pero el baile de sillas característico de la política europea le puede abrir las puertas del BCE de par en par si finalmente Angela Merkel no logra colocar a Manfred Weber en la presidencia de la Comisión Europea. En la primera potencia económica de Europa cada vez se piensa más que ya es hora de que un alemán tome el timón del BCE, y en principio el hecho de que el español Luis de Guindos sea vicepresidente puede favorecer la imagen de cierto equilibrio norte-sur.

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