El PP se ha puesto manos a la obra para tratar de retener el poder en aquellas comunidades consideradas como sus bastiones tras unas elecciones, las autonómicas, que tiñeron de rojo el mapa político. Después de décadas y décadas al frente de la Junta de Castilla y León la posibilidad de que el PSOE pueda gobernar hizo saltar todas las alarmas en Génova, que se vuelca de lleno para llegar a un acuerdo con Ciudadanos con el que mantener este feudo. Mismo escenario existe en otras regiones, como la de Murcia.
Treinta dos años han pasado ya desde que José María Aznar se convirtiera en presidente de Castilla y León bajo las siglas de Alianza Popular. Desde entonces, esta comunidad solo ha conocido gobiernos conservadores. Sin embargo, los comicios del pasado 26 de mayo abrieron la puerta a poner fin a esta ‘tradición’. El PSOE se impuso como primera fuerza y podría desalojar al PP de la Junta. Eso sí, con el respaldo de Ciudadanos.
Ante esto, Pablo Casado y los suyos se han propuesto poner toda la carne en el asador. El líder de los populares no está dispuesto a perder este bastión. No se lo puede permitir tras el varapalo sufrido en las generales y en la cita en las urnas del 26M. Las críticas sobre su liderazgo se han sucedido desde entonces.
La ofensiva del PP en Castilla y León empieza a dar sus primeros frutos. Así lo ha asegurado el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, tras la reunión que este miércoles ha mantenido con Ciudadanos en Valladolid. “Todo parece indicar que PP y Ciudadanos van a gobernar en Castilla y León juntos y que vamos a aplicar un programa que a partir de ahora vamos a empezar a desarrollar”, ha explicado el enviado por Génova, que ha calificado de “fructífera” y “un gran punto de partida” el encuentro con los de Albert Rivera.
En esta cita ambos partidos han acordado la creación de grupos de trabajo para impulsar un proyecto de gobierno transformador en esta región. Unos grupos en los que se negociará, según Egea, sin “líneas rojas”. Toda una declaración de intenciones a Ciudadanos.
De cerrarse este acuerdo, algo que podría estar listo en unos días, el PP retendría el poder en esta autonomía feudo para Casado y los suyos. Eso sí, previo respaldo de Vox, que tiene un representante en el Parlamento castellano leonés.
Este jueves será el turno de Murcia. En esta región los populares necesitan de los votos de Ciudadanos y de Vox para mantenerse en un gobierno que encabezan desde 1995. Es decir, 24 años al frente del ejecutivo murciano. Para seguir tendrá que convencer a ambas formaciones. Y esto es lo que tratará de conseguir desde ya.
Los contactos entre populares y naranjas se han sucedido esta semana también en otras comunidades, como Aragón. Representantes de estos dos partidos se dieron cita el martes en una reunión en la que hubo importantes avances.
“Hemos avanzado hoy mucho y tendremos que actuar todos con la prudencia, con la generosidad y con la altura de miras suficientes para entender las diferentes realidades que concurren y si esas circunstancias se dan podremos presentar una oferta al conjunto de la sociedad”, aseguró del líder del PP aragonés, Luis María Beamonte. El popular salió de este encuentro “satisfecho” ante unos programas electorales que “casan en una gran parte” y cuyo contenido «es muy similar”. Para llegar a la tan ansiada mayoría, además del apoyo de Ciudadanos, los populares necesitan los votos del PAR y de Vox.
