¿Quién gana y quién pierde en Europa con la guerra comercial entre EEUU y China?

Guerra comercial

¿Quién gana y quién pierde en Europa con la guerra comercial entre EEUU y China?

Los sectores de la maquinaria y del automóvil aparecen como grandes ganadores de las renovadas tensiones comerciales.

Cadena de montaje

Cuando parecía que las aguas se calmaban y estaba próximo un acuerdo, el presidente de EEUU, Donald Trump, sacudió los mercados al anunciar una subida de los aranceles a China en plenas negociaciones con el país asiático. La tensión comercial entre las dos grandes potencias mundiales supone un escenario de incertidumbre económica, pero al mismo tiempo abre un abanico de oportunidades para las empresas europeas.

Las últimas cifras de la balanza comercial estadounidense dan ya síntomas de unas menores compras a China. “Aunque hay un fuerte patrón estacional en las importaciones de China, con una participación que típicamente alcanza el 23% antes del período navideño y llega a su punto más bajo alrededor del Año Nuevo Lunar, el porcentaje las importaciones de China cayó a apenas el 15% en marzo, su nivel más bajo de los últimos ocho años”, señala Bill Diviney, analista de ABN Amro.

“¿Qué países se han beneficiado de la caída de la cuota de mercado de China?”, se pregunta este experto. “Si comparamos el primer trimestre de 2019 con el primero de 2018 (para evitar distorsiones estacionales), la participación de las importaciones chinas ha caído 2,8 puntos porcentuales, mientras que los mayores ganadores de cuota de mercado en el mismo período han sido otros países asiáticos (1,1 puntos porcentuales) y la Unión Europea (1,0 pp)”.

Timme Spakman, analista de ING Think, abunda en esta cuestión y añade que “las empresas europeas que ya exportan a EEUU parecen ser las más adecuadas para beneficiarse rápidamente” de la mejora en la competitividad que en principio traen los aranceles estadounidenses a China, ya que “los productos en los que se especializan los exportadores europeos son los primeros candidatos para llenar el vacío en los mercados estadounidenses”.

El departamento de análisis del banco holandés señala que la UE tiene una “especialización relativa” en más de la mitad de las categorías de productos actualmente gravados en el conflicto comercial entre China y EEUU. “Por supuesto, el grado en que estas industrias europeas se beneficiarán de los aranceles depende de la sustituibilidad de estos productos y de cómo pueden competir con los productores nacionales estadounidenses y los proveedores chinos”.

“La mayoría de los fabricantes de maquinaria europeos podrían beneficiarse de los aranceles de EEUU sobre China”, teniendo en cuenta que “se trata de la mayor categoría de exportaciones de China a EEUU”. La UE también está relativamente especializada en la exportación de bebidas y tabaco a la primera economía mundial, pero en este caso China apenas exporta estos productos, por lo que las tarifas no suponen apenas ventaja.

“Si los aranceles hacen que EEUU sustituya el 10% de la maquinaria industrial que importa de China por importaciones europeas, los fabricantes europeos de maquinaria ganarían 5.000 millones de dólares en pedidos adicionales”. No obstante, la reciente depreciación de la moneda china – un 7,5% desde mayo- “podría compensar los aumentos de los aranceles de EEUU y, por lo tanto, disminuir las ganancias de competitividad de las empresas europeas”.

Del mismo modo, “los elevados aranceles chinos a la importación de productos estadounidenses ofrecen oportunidades a las empresas de la UE”, señala Spakman. “En particular, la industria del automóvil (incluidas las piezas de automóviles), los fabricantes de maquinaria y los fabricantes de componentes ópticos están bien preparados para beneficiarse de la mejora de la competitividad gracias a los aranceles de represalia chinos”, y “ya están relativamente especializados en estos grupos de productos por lo que se refiere a las exportaciones a China”.

Por supuesto, no todo es bueno. Más allá del impacto en la economía mundial y la confianza de los mercados, el conflicto bilateral también puede perjudicar a las empresas europeas teniendo en cuenta que “muchos de los productos enviados entre EEUU y China contienen piezas extranjeras”. “Calculamos que el tamaño de los insumos europeos en el comercio bilateral Chino-Americano es igual a 10.000 millones de dólares. Aunque esta cantidad es relativamente pequeña, la exposición puede causar dolor a las empresas individuales”, apunta el experto de ING.

La presión a la baja sobre los precios

Otra fuente potencial de perjuicio para las empresas europeas es la “presión a la baja sobre los precios” debido al exceso de oferta. Cuando EEUU importe menos productos de China, estos productos se enviarán a otros mercados, entre ellos el europeo. “El aumento de la oferta dará lugar a precios más bajos y, por lo tanto, a márgenes de beneficio más bajos para las empresas europeas”. Sin embargo, estos efectos serían temporales, ya que la oferta adicional de China podría compensarse (en parte) con una demanda adicional de productos de la UE procedentes de EEUU (y viceversa). “La reducción temporal de los beneficios puede hacer que las empresas pospongan las inversiones y renuncien a emplear a nuevos trabajadores”, avisa el analista de ING.

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