“De alguna forma estamos inmunizados a la corrupción. Y esto es triste”. Así lo asegura el ex teniente del Ejército Luis Gonzalo Segura, denunciante de corrupción, que lamenta que la sociedad haya dejado de alarmarse ante los constantes casos y polémicas que han aparecido en los últimos años. “La sensación es que a la mayoría de los ciudadanos ya no les afectan los casos de corrupción”, señala en una conversación con EL BOLETIN. Este lunes los alertadores salen a la calle para protestar ante el Congreso por la ausencia de una ley que les proteja en España.
El ex militar, autor de ‘El libro negro del ejército español’, critica que los partidos políticos se acuerden estos días de campaña electoral de los denunciantes y prometan medidas para protegerlos. “Palabras muy bonitas tras las que no hay absolutamente nada”, censura Segura, que destaca que “no se habla de dotación presupuestaria, no se habla de crear una oficina de protección”. Según sostiene, “no hay voluntad política” para solucionar la situación en la que se encuentra este colectivo. Y no la habido, remarca, por parte de ningún gobierno: ni por el de Mariano Rajoy ni por el de Pedro Sánchez.
En especial, se muestra muy crítico con el PSOE y con actual ministra de Defensa, Margarita Robles, a la que acusa de dejarle de coger el teléfono y “estar impidiendo” su vuelta a las Fuerzas Armadas.
Luis Gonzalo Segura censura también la detención hace unos días de Julian Assange, que “nos sitúa en un fracaso colectivo como sociedad”. Para el ex teniente del Ejército la ausencia en Europa de “una herramienta para proteger a todos los denunciantes de corrupción” que estuviera ya en vigor demuestra “el fracaso de occidente”.
Cloacas del Estado
Asimismo, este denunciante de corrupción habla sobre la policía política que ha acaparado en las últimas semanas varios titulares. Segura recuerda que este tema no es nuevo y critica el silencio mediático de algunos medios de comunicación al respecto. Dicho esto, defiende que el ex comisario Villarejo “ha funcionado con todos los gobiernos” y niega que esa policía política vaya “a desaparecer de la noche a la mañana”. Es más, en su opinión, “no solamente no va a desaparecer, sino que forma parte del régimen, de la esencia”.
“Podrá camuflarse, reorganizarse, pero no va a desaparecer”, asegura.
