Las elecciones generales se encuentran a la vuelta de la esquina. El debate político y mediático se sitúa en Cataluña con la ‘guerra de los lazos’, en las propuestas de Vox y en los últimos fichajes de los políticos. Mientras, entre ese huracán, la Enfermería busca colarse en la campaña electoral.
No parece tarea sencilla, sin embargo, el Sindicato de Enfermería (SATSE) ha decidido insistir en ello. Así lo lleva manifestando en las últimas semanas. Si hace apenas unos días trasladaban a las formaciones políticas un decálogo con diez líneas estratégicas para la próxima legislatura, ahora centran el tiro en quien asuma el puesto del Ministerio de Sanidad.
En este sentido, la organización sindical llama a las fuerzas políticas a que apuesten por las enfermeras y enfermeros en los nuevos puestos de responsabilidad que surgirán de este amplio periodo electoral. Algo que no se ha visto con asiduidad en los últimos años, por ejemplo en lo más alto del Ministerio de Sanidad.
Derecho, Economía o Sociología. Estos son solo algunos de los estudios que han desempeñado ministros y ministras de Sanidad. “En la mayoría de los casos se ha utilizado la cartera sanitaria para dar un cargo de alto nivel a personas a las que el partido de turno quería agradecer los servicios prestados”, censuran desde SATSE.
De hecho, en apenas cuatro casos, los distintos gobiernos dieron esta cartera a un profesional sanitario. Aun así, todos fueron médicos: Ana Pastor (PP), Bernat Soria (PSOE), Carmen Montón (PSOE) y María Luisa Carcedo (PSOE). Según lamenta el Sindicato de Enfermería, nunca se ha optado por una enfermera para este cargo.
No solo esto mismo se reproduce en el Ministerio de Sanidad, también se da en otros puestos de alta responsabilidad sanitaria. Por ello, el Sindicato de Enfermería invita a los partidos a que “apuesten por las enfermeras” ya que han demostrado “todos los días” su “preparación y cualificación”.
Por su parte, el decálogo presentado a los partidos tiene como eje principal una cifra: que se destine a la sanidad pública mínimo el 7,5% del PIB. Al mismo tiempo, se insta a mejorar la Atención Primaria y potenciar su coordinación con la Atención Especializada.
Por último, a lo que atañe directamente a la Enfermería y Fisioterapia, la organización tacha de “fundamental” frenar el déficit de estas plantillas y situarse así en la media de los países de nuestro entorno.
