Basilea siembra dudas sobre las políticas de coberturas de riesgos de la banca

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Basilea siembra dudas sobre las políticas de coberturas de riesgos de la banca

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea propone auditorías externas sobre los cálculos de activos ponderados por riesgo que hacen los bancos.

Sede del Banco de Pagos Internacionales en Basilea

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que reúne a los principales supervisores bancarios del mundo, parece no creerse del todo las políticas de cobertura de riesgos de las entidades. Al menos así se desprende de la última propuesta que ha puesto sobre la mesa, y que pasa por auditorías externas para reducir el riesgo de posibles engaños o errores.

“Involucrar a la auditoría externa para que desempeñe un papel en la evaluación de las ponderaciones de riesgo de un banco es una perspectiva muy interesante”, ha señalado Bill Coen, secretario general del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, en declaraciones a Financial Times. “Veo el mérito de tener otra línea de defensa para asegurar que los activos tengan la ponderación de riesgo adecuada”.

Las voces a favor de una reforma son cada vez más numerosas, dadas las pruebas de errores en el cálculo de los denominados activos ponderados por riesgo (RWA, por sus siglas en inglés), que determinan cuánto capital propio debe guardar un banco en función del riesgo asumido.

El apoyo de Coen a unas auditorías externas refleja la preocupación de Basilea por las divergencias inexplicables en la forma en que los distintos bancos parecen juzgar el riesgo de préstamos similares. Las grandes entidades utilizan modelos de riesgo sofisticados que los expertos admiten que se pueden utilizar para jugar con el RWA. Si bien los modelos en sí deben ser aprobados por los reguladores, en la actualidad no existe ningún control externo sobre cómo se utilizan los modelos de un año a otro.

Algunos consejos de administración bancarios están cada vez más nerviosos por el uso de los modelos RWA, que reducen las ponderaciones de riesgo y, por lo tanto, los requisitos de capital en las áreas de crédito en las que las pérdidas han sido bajas, sin reflejar la probabilidad de que se produzca un cambio en el ciclo crediticio. El presidente de un gran banco europeo dijo que se había sentido perturbado al ver que la ponderación del riesgo hipotecario de su grupo había disminuido en un tercio en los últimos años: “Creo que las ponderaciones de riesgo deben ser auditadas”, reconoció en declaraciones a Financial Times.

El diario británico señala que la polémica sobre la fiabilidad de los cálculos de los activos ponderados por riesgo llega poco después de que otro elemento del juicio de los bancos sobre el riesgo de préstamo fuera usurpado por las normas internacionales de contabilidad conocidas como NIIF9 (o IFRS 9 en inglés). Esta norma, introducida el año pasado, obliga a los bancos a hacer provisiones según pérdida esperada y no sobre pérdida incurrida.

Se produce además del último escándalo de Metro Bank. Este pequeño banco británico, que se había ganado un hueco en el sector con una política de captación de clientes muy agresiva, reconoció el pasado mes de febrero unas necesidades de capital de 350 millones de libras por una clasificación errónea de sus hipotecas de alto riesgo que le había causado un agujero considerable en su balance.

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