En la campaña electoral, Cascos llegó a calificar de “expolio inadmisible” y “dañino” para la economía regional que Asturias se viera “privada de un instrumento insustituible de política económica” como una caja de ahorros.
Pese a las reticencias de Cascos, el proceso, que ya contó con la autorización del Ejecutivo de Vicente Areces, está muy adelantado. De hecho, esta misma semana el consejo de administración de Cajastur aprobó la segregación de su negocio financiero para permitir la creación del nuevo banco que aglutinará el negocio financiero de las tres cajas. El traspaso de los activos al banco deberá ser sometido para su aprobación a la asamblea general de la caja asturiana, que se celebrará a finales de junio o principios de julio. El proceso podría coincidir con la toma de posesión de Cascos como nuevo presidente.
Al cierre de esta edición, EL BOLETÍN no había logrado ponerse en contacto con Cajastur. Sin embargo, fuentes de UGT y CCOO han coincidido en señalar que “el proceso es irreversible” y no hay ninguna posibilidad de que el nuevo gobierno regional pueda echarlo atrás.
El nuevo banco de Cajastur tendrá su sede en Madrid y su volumen de activos superará los 53.000 millones. La morosidad será del 4,2% y el capital principal ascenderá inicialmente al 8,4%., según comunicaron las cajas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La entidad no requerirá ayudas públicas porque espera encontrar inversores privados, para lo que ha contratado al banco Goldman Sachs, o incluso debutar en Bolsa si las condiciones del mercado lo permiten. El grupo necesita 519 millones de euros para alcanzar el nuevo mínimo de solvencia aprobado por el Congreso.
