Un tuit

Tribuna

Un tuit

Los medios y redes se han volcado al anuncio o la crónica del apocalipsis de las criptomonedas los últimos días.

Criptomonedas

Palabras más, palabras menos, el día tercero del año tuiteé: quienes me leen saben que nuestra aproximación a lo criptoeconómico incluye cuatro niveles de entorno (ver mi avatar en Twitter). Lo cripto es un proceso en las dinámicas tecnológica, financiera y de negocios y es mucho -muchísimo más- que una movida dineraria especulativa. Se ruega ver bien y entender lo que pasa.

En los últimos días, los medios y redes se han volcado al anuncio o la crónica del apocalipsis de las criptomonedas. Y aunque muy diversas de ellas -ya son unas dos mil cien- muestran debilidades ciertas, lo cierto es que -las contrasto con el concepto Criptoeconomía- ya han avanzado un buen trecho en su evolución, lo cual, muchos ni perciben, ni comprenden. Se ruega ver bien.

Y eso, sin referirme al proceso mayor de la Criptoeconomía y, mucho menos, a la dinámica referida en mi tuit, lo cual incluye diversos elementos de viabilización y logros, para nada asociados al fenómeno especulativo. Nuevas realidades tecnológicas, de negocios y financieras representan una ganancia que nada tiene que ver con el fenómeno especulativo. Hay que entender lo que pasa.

Mirar y comprender la Criptoeconomía, entonces, es mucho más que anclarse en las cotizaciones del Bitcoin o, en general, de las criptomonedas. La distinción es esencial. Las criptomonedas son a la Criptoeconomía, bastante lo hemos dicho, lo que la espuma a la ola. ¡Ah! Y no es una única ola. Son y serán muchas.

Dos referencias que valen respecto a lo dicho son, la primera, la intención, expresada en más de cien proyectos, de pasar a las Crypto 2.0, definidas por su cualidad de monedas estables, con base en su remisión o «anclaje» a reservas de valor diversas. Monedas suficientemente estables como para usar en las transacciones diarias. Sin embargo, algo me dice que es un caso de reacción de afectados por la disrupción libertaria iniciada por el Bitcoin.

La otra, más de nuestro análisis -y gusto- va en la línea de la evolución previsible del «complejo de disrupciones» y la Fintech (o Techfin), de acuerdo a la cual el tipo de nuevas prestaciones altamente tecnologizadas, incluso por combinaciones de varias de ellas -un mundo de máquinas y electrónica- definen unos medios de pago distintos a los del pasado.

Incluso, en los intentos por una prospectiva a mucho más largo plazo, si bien no hay precisión sobre el tipo de medio de pago que se impondrá, sí la hay sobre el hecho de que se cumplirá con «Dígitos en la red que registran nuestros gastos e ingresos» como profetiza Chris Skinner, uno de los pensadores sobre la historia y la evolución del dinero, la banca y las finanzas.

Más cerca en el tiempo, ya es realidad que los ecosistemas Fintech y Techfin adoptaron las criptomonedas como un bien susceptible de acogerse a sus posibilidades, facilidades, procesos y servicios.

En nuestro país, Venezuela, para finalidades diversas, y con base en especificidades del proceso económico en curso, las criptomonedas han sido un puntal como unidades de cuenta internacional y garantía de valor. Ellas, por ejemplo, han ayudado a mis paisanos en el acceso a medios de pago internacionales.

Como conclusión apurada de todo lo escrito, están nuestras dos hipótesis referentes a los recurrentes profetas del desastre: primera, unos medios dinerarios surgidos de un afán libertario molestan a los poderes establecidos; segunda, el peso de la historia de medios de pago materiales y/o ligados a la banca limita la visión de lo que ya está aquí y seguirá abriéndose espacios.

***Santiago J. Guevara G., es economista venezolano, experto en Prospectiva, Estrategia y Gestión. Profesor universitario jubilado. Ejerce la Coordinación Adjunta de la Materia Interescuelas de FACES-UC (Universidad de Carabobo) en «Gerencia y Finanzas de Criptomonedas y Criptoactivos». Es líder promotor del «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo e impulsa otras esferas del campo y relacionados.

Más información