De hecho, el servicio jurídico de la compañía planteó la posibilidad de demandar a los de Santiago Abascal por ello. Sin embargo, finalmente, descartaron este paso para no polemizar con Vox. “Nosotros tenemos registrada la marca para editar libros, y preferiríamos que no existiera un partido con ese nombre”, han apuntado.
En todo caso, han lamentado que su marca sea asociada a la política tras recordar que ellos “no se presentan a las elecciones”: “Nos dedicamos a hacer diccionarios, a la cultura y a la investigación”.
La empresa, con sede en Barcelona e integrada en el Grupo Anaya, ha recordado que forman “parte del imaginario colectivo de varias generaciones de estudiantes que han aprendido con nuestras diccionarios”.
Por último, han querido definirse como una compañía “multicultural porque trabajamos con las lenguas y detrás de cada lengua hay una cultura”.