Por qué quiero presidir la Academia de TV

Academia de Televisión

Por qué quiero presidir la Academia de TV

El sentido de ser útil a la dinamización y el prestigio de la actividad audiovisual, que he desarrollado profesionalmente muchos años, me incitan a intentarlo.

Diego Carcedo

Muchas personas me preguntan estos días por qué quiero presidir la Academia de Televisión. Incluso hay amigos que intentan disuadirme: “Es meterte en más líos. Es un puesto que da mucho trabajo”. “Pues sí – les respondo -. Pero el trabajo no me asusta y el afán de protagonismo lo tengo superado. Y, por supuesto, cualquier ambición de beneficio personal, también. En cambio, el sentido de ser útil a la dinamización y el prestigio de la actividad audiovisual que he desarrollado profesionalmente muchos años, en la televisión, sí me incitan a intentarlo”.

Y por muchas razones que se encadenan. En primer lugar, porque un grupo de compañeros dinámicos y animosos me lo han propuesto y, desde luego, después de escucharlos y de conocer sus sugerencias y proyectos, me ha resultado imposible no aceptar. Y de hacerlo con el mismo entusiasmo que el que ellos derrochan. Estoy seguro de que muchos de los que me preguntan hubiesen hecho lo mismo. Es un honor encabezar una candidatura con voluntad y capacidad para catapultar a nuestra Academia hacia lo más alto.

Contamos para ello, además de con ideas muy contrastadas sobre su función y modernización, con unas bases sólidas, con unos principios que nos avalan en cuanto a seriedad, altruismo y, algo muy importante, voluntad de compartir proyectos con todos los profesionales del sector. La Academia somos todos – incluidos los que todavía no son miembros- porque compartimos unos intereses y una pasión por el medio globalmente considerado y, por supuesto, la convicción de cuanto el prestigio de la Academia y ser académico puede aportar a nuestra actividad.

Y cuando hablo o escribo de nuestra actividad me refiero a la pluralidad profesional que la televisión abarca: desde la producción hasta la información, pasando por la interpretación, la imagen, la técnica, la realización, el sonido, la caracterización, y un largo etcétera. Todas son especialidades que completan el espectro de aportaciones necesarias para que la televisión informe, entretenga, forme, divierta; es decir, que ejerza su función múltiple de compañía, tanto compartida en grupo como en la soledad que la televisión tanto contribuye a sobrellevar.

Nuestra candidatura parte de la paridad de géneros, algo que a estas alturas y tratándose de un medio que representa la libertad y la modernidad sería inconcebible no respetar ni ejemplarizar. Y junto a la paridad -representada por un cartel de profesionales excelentes en todas las áreas -, también la pluralidad geográfica. Se trata de una candidatura con miembros de la práctica totalidad de las comunidades autónomas. Entendemos la Academia del próximo futuro como una organización abierta y con un sentido claro de ser el lugar de encuentro de todos y para todos.

Nada más lejos de nuestra voluntad que dividir a los académicos. Por el contrario, nuestra candidatura pretende contar con todos y todas. Hay mucha actividad por delante y nadie que desee integrarse en los proyectos que tenemos se quedará al margen. Para ello consideramos importante el voto de todos y que voten es lo primero que pedimos a los académicos. Y lógicamente, deseamos que sean muchos los que se sumen con su voto a nuestra oferta y lo hagáis vuestro. Con ese apoyo podremos conseguir que la Academia aumente su prestigio, diversifique su actividad y con ella todos los que la integramos.

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