Pedro Baños, coronel del ejército español y autor de ‘El Dominio Mundial’

Entrevista

Pedro Baños, coronel del ejército español y autor de ‘El Dominio Mundial’

Pedro Baños ha disparado su popularidad en los últimos meses gracias después de que su nombre apareciera en las quinielas para ser el Director de la Seguridad Nacional.

Pedro Baños, coronel del Ejército de Tierra

“El individuo tiene menos poder del que le han hecho creer, está más controlado”

Pedro Baños sigue haciendo méritos para hacer cada vez más larga su definición. Coronel del ejército español en la reserva, experto en geopolítica internacional y divulgador. Después del rotundo éxito que tuvo ‘Así se domina el mundo’, Baños presenta nuevo libro, ‘El Dominio Mundial’ (Ariel).Segunda parte de una pretendida trilogía que deja en interrogante por el agotamiento físico y mental que produce tanto la elaboración de un libro como su promoción.

Pedro Baños ha disparado su popularidad en los últimos meses gracias después de que su nombre apareciera en las quinielas para ser el Director de la Seguridad Nacional. Grandes medios se rebelaron contra su posible nombramiento, sin tomar en cuenta “la destrucción de una persona”.

¿Acabó sufriendo en sus carnes lo que tantas veces ha denunciado sobre el control psicológico y la propaganda?

Sí, fue exactamente así, pero prefiero no hablar del tema porque las informaciones están muy distorsionadas y prefiero no comentarlo. Pero sí, sirve para que veamos que las cosas funcionan así.

¿Le afectó mucho lo que se dijo de usted?

Sí, pero bueno, para que veamos que hoy en día así es como se utiliza la propaganda para la destrucción de las personas. Todo es contar mentiras y luego ya nadie se encarga de desmentirlas.

Esta semana ha estado de visita en España Xi Jinping, el presidente chino. Si uno atendía a la televisión y a los políticos podría creer que China es una democracia liberal.

No hay nada más hipócrita que las relaciones internacionales, especialmente cuando lo que está en juego es muchísimo dinero.

Como el caso de Arabia Saudí.

Sí, personas y partidos que eran contrarios a las acciones de este país, cuando llegó el momento de poner las cartas sobre la mesa resulta que no se atrevieron. Cuando está en juego el dinero y el pan de muchas personas las cosas cambian.

Desde el año pasado un tren une la ciudad china de Yiwu con Madrid en 21 días. ¿España es un aliado prioritario de China en Europa occidental?

Prioritario, no. Sí que hay mucho dinero en juego, y al haber mucho dinero, todo se corrompe. De un lado y del otro.

Zbigniew Brzezinski señaló en su libro ‘El gran tablero mundial’ que el gran peligro para EEUU era una Europa convertida en dura competidora económica y tecnológicamente. ¿La cada vez más próxima relación entre la UE y China nos acerca a esa teoría?

Sí, puede ser. Tampoco es muy determinante pero la línea, efectivamente, va en ese sentido.

¿Veremos un ejército europeo?

Es muy difícil porque primero, antes de un ejército, Europa debe consolidarse desde el punto de vista político. No puedes tener un ejército sin tener una unidad política.

¿La guerra económica actual entre China y EEUU podría derivar en una guerra clásica?

Sí, es cuestión de tiempo. En los enfrentamientos económicos entre una potencia decadente y otra ascendente lo normal es que termine con un enfrentamiento militar.

Algunos analistas geopolíticos llevan meses asegurando que una crisis peor que la anterior está por llegar y que, precisamente, va a generar conflictos a gran escala. ¿Le consta?

Todos los analistas serios y solventes auguran otra importante crisis económica en menos de tres años. Eso afectaría muy especialmente a Europa.

Una Europa que no vive tiempos boyantes para el proyecto común.

Ya estamos sujetados por palillos. Sufrir otra gran crisis que podría destapar graves conflictos sociales.

¿Los Estados van a seguir teniendo sentido como entes independientes o simplemente van acabar siendo disfraces de las corporaciones trasnacionales?

Los Estados, en relación al sistema de Westfalia, van a seguir existiendo. No se va a desmontar. Quienes mandan principalmente son todavía los Estados. De hecho, estamos viendo que la rivalidad geopolítica que estamos viviendo ahora es muy propia de los Estados.

Entonces, los Estados siguen mandando más que las grandes multinacionales.

Por supuesto, sin lugar a dudas.

Y el individuo, ¿tiene algún poder?

Mucho menos del que nos han hecho creer. Estamos mucho más controlados y manipulados.

El otro día un concursante de Gran Hermano acusó a otro ser “más falso que una democracia”. ¿Es acertada esa comparación?

El poder que se decía que residía en el pueblo desgraciadamente no es tanto como nos habían hecho creer, desde luego.

En el libro asegura que un país puede verse más amenazado por su vecino o tradicionales enemigos si tiene población decreciente y envejecida. ¿España tiene razones para preocuparse?

Yo creo que sí. Estamos abocados a un suicidio demográfico y no se están tomando las medidas adecuadas para revertir esa situación.

¿Qué medidas habría que tomar?

Un conjunto de circunstancias. Vamos a necesitar inmigración, pero necesitamos una estrategia y seriedad que despoje ese debate de tintes ideológicos y políticos.

Vivir en una campaña electoral constante tampoco ayuda a tomar perspectiva.

Es prácticamente imposible. Eso impide que se tomen medidas verdaderamente estratégicas.

En ese sentido, ¿qué le ha parecido la controversia que se ha generado en relación a las declaraciones firmadas sobre Gibraltar? Dependiendo del periódico que leyera uno las conclusiones pasaban de papel mojado a vinculante. El individuo lo tiene cada vez más difícil para discernir.

Efectivamente, ese es el gran problema. Esta nueva tecnología lo que va a permitir es que probablemente todavía vayamos a peor.

‘Así se domina el mundo’, ‘el dominio mundial’… ¿la tercera parte será ‘estos son los que nos dominan’?

Esa es la idea que tenía pero no sé si voy a llegar a realizarlo. Es un proceso agotador. El primero fue sobre las estrategias, el segundo sobre los elementos y el tercero sería quién emplea esas estrategias y esos instrumentos.

Lo que sabemos de eso es que, precisamente, no sabemos sus nombres.

Los que verdaderamente lo controlan todo es prácticamente imposible saberlo. Los nombres que conocemos no son los que verdaderamente mandan.

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