El Boletín hizo historia en Cuba

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El Boletín hizo historia en Cuba

Este diario abrió corresponsalía en La Habana y no tardó mucho en circular impreso cada tarde como El Boletín de La Habana.

El Boletín de La Habana

En estos días de noviembre, el día once, El Boletín cumplió un cuarto de siglo de vida. Muy poco tiempo después de la partida de nacimiento, abría corresponsalía en La Habana y no tardó mucho en circular impreso cada tarde como El Boletín de La Habana, en un audaz acontecimiento hasta ahora inédito. La criatura engendrada por Carlos Humanes no sobrevivió al año de vida.

Pereció en su 280 edición. A las demasiadas preocupaciones de quienes en la isla debían regir los destinos periodísticos se sumaron otras influencias locales y, aunque no comprobado totalmente, de algunos “empresarios” vascos radicados en Cuba.

Aquel propósito, nacido de una petición del grupo Sol Meliá para mantener informados a sus clientes en Planta Real del Meliá Cohiba próximo a inaugurarse, pronto se convirtió de uso para todo el hotel, empresas españolas y algunas embajadas como una necesidad del día a día.

Recordar que entonces la internet era de tetas. Para nada valió enfrentar a la burocracia en la Oficina de Registro de Publicaciones que nunca se dignó a una respuesta. De aquel empeño queda en la memoria una enigmática dama que todas las tardes pedía en conserjería las cuatro páginas, las leía de punta a rabo, devolvía el ejemplar y se marchaba del hotel. Consuelo de los perdedores pero nunca derrotados, llegó el aquello de que nada es eterno en la vida. Aparece entonces, arropada por la nostalgia, esa indecisión hasta hoy día, si debemos celebrar o conmemorar. Tal vez, mezclar a las rocas esas alternativas y beber algo agridulce. Fuimos los primeros y últimos en tal empresa. Esa es la verdad.

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