El adiós de Merkel, ¿fin de un ancla de estabilidad?

Alemania

El adiós de Merkel, ¿fin de un ancla de estabilidad?

Alemania y Europa se preparan para despedir a la que fuera calificada como la nueva "líder del mundo libre".

Angela Merkel

En medio de tensiones con Estados Unidos y en la fase final de las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el anuncio de la canciller alemana, Angela Merkel, de retirarse de la política al final de su mandato hace surgir nubarrones en el horizonte del tablero internacional.

Alemania y Europa se preparan para despedir a la que fuera calificada como la nueva «líder del mundo libre» por el diario británico «The Independent» o como «la última defensora de los valores liberales de Occidente» por el rotativo «The New York Times» tras la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump a comienzos de 2017.

Si la gestión de la líder conservadora después del estallido de la crisis financiera en 2008 convirtió de facto a Berlín en la nueva capital europea, dejando en un segundo plano a Bruselas, la política de Trump pareció catapultar a Merkel a una nueva liga, ya que es considerada un ancla de estabilidad en tiempos convulsos.

Después de que Merkel anunciara el lunes que, tras 18 años, dejará la presidencia de su partido, la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), y que tampoco aspirará a un nuevo mandato cuando acabe la actual legislatura en 2021, la pregunta que surge es hasta qué punto podrá conservar una voz fuerte a nivel internacional hasta entonces.

Esto es así porque dentro de su partido ya se ha abierto la batalla por su sucesión y se habla cada vez más de un adelanto de las elecciones generales en Alemania.

«En Bruselas queremos que la canciller cumpla sus tres años», declaró hoy el comisario de Presupuesto de la Unión Europea (UE), Günther Oettinger, a la emisora alemana SWR. Merkel, que gobierna desde 2005, goza de confianza en la Unión Europea (UE), «de Sofía a Lisboa, de Dublín a Atenas», señaló el político conservador alemán.

También la decisión de Merkel de desvincular la presidencia de la CDU de la jefatura del Gobierno podría debilitarla. Ella siempre ha defendido que los dos puestos deben ser ocupados por la misma persona, para poder mantener con firmeza el timón del país.

Sin embargo, a primeros de diciembre los conservadores elegirán en el congreso del partido a un nuevo presidente, y si el elegido es un rival interno de Merkel, puede acabar cuestionando las decisiones de la canciller.

Oettinger, sin embargo, no ve en ello una pérdida inminente de autoridad de Merkel. «Espero lo contrario», afirmó. En su opinión, Merkel podrá concentrarse por completo en la jefatura del Gobierno después de dejar la dirección del partido. «Ahora necesitamos una canciller que tenga libertad de acción, especialmente para las grandes tareas europeas».

El presidente del Parlamento alemán y antiguo ministro de Finanzas de Merkel, Wolfgang Schäuble, tampoco ve a la líder debilitada por su decisión de no concurrir de nuevo a la presidencia del partido. «No es débil, es fuerte. Es la jefa de Gobierno más exitosa de Europa desde hace más de una década, eso es un enorme éxito», declaró hoy en la cadena «Deutsche Welle».

Pero no todos lo ven igual. La británica BBC alertó que «los buitres ya están dando vueltas» alrededor de Merkel y si sale elegido como líder alguien del ala más crítica «su Cancillería se volverá incómoda y posiblemente débil». Mientras, la cadena estadounidense CNN recuerda la importancia de Merkel, «una líder estable en un mundo que se está volviendo cada vez más confuso».

Uno de los principales perjudicados podría ser el presidente de la vecina Francia, Emmanuel Macron, que depende del apoyo de Merkel para sacar adelante sus planes de reforma de la UE y de la zona euro. A esto se suman permanentes tensiones en la cuestión de los refugiados, la difícil situación económica de Italia, el auge de los populistas de ultraderecha y las elecciones europeas el próximo año.

Merkel, una clara europeísta y capaz de verbalizar sin miedos los cambios en el panorama internacional, lleva tiempo apelando a la cohesión europea como camino a seguir frente a las políticas nacionalistas y aislacionistas defendidas en los últimos tiempos por países como Estados Unidos o Reino Unido. Y al mismo tiempo busca reforzar lazos con otros socios estratégicos como India o China.

A lo largo de 13 años en el poder, ha logrado capear temporales como la crisis financiera de 2008 y mantenerse al frente de Alemania, mientras sus homólogos iban cayendo, aunque se vio debilitada por la cuestión de los refugiados. La líder conservadora logró adaptarse a los cambios de Gobierno de los otros países. «Soy una persona que puede trabajar muy, muy bien con muchas personas. Soy conocida también por eso», reconoció el lunes la propia Merkel.

Ahora que la mayor economía europea prepara su sucesión, existe incertidumbre sobre quién será el encargado de tomar el relevo de una política que con «su admirable perseverancia» fue, como dice el «Frankfurter Allgemeine Zeitung», «diferente a todos los demás».

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