Una vez completada la integración y absorción de Caja España Duero, Unicaja ha puesto sobre la mesa un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) que empezará a negociar mañana mismo con los sindicatos y del que todavía no se conoce el alcance que tendrá.
La dirección del banco ha llamado a consultas a los sindicatos para una reunión mañana día 17 por la tarde. Según recoge en una circular el sindicato Asi, federado en Fine, el banco andaluz manifiesta en su escrito a los representantes de los trabajadores “la intención de iniciar los procedimientos colectivos regulados”, que afectarán de manera potencial “a todos los centros de trabajo de la entidad”.
La reunión tendrá por objeto “negociar e implementar un plan de medidas para redimensionar la plantilla de la entidad”; “negociar e implementar un plan de medidas de movilidad geográfica”; y “negociar e implementar una modificación sustancial de determinadas condiciones de trabajo”.
Todavía se desconoce la cuantía del ajuste, aunque, según publica hoy El Confidencial, que cita fuentes del mercado, el recorte podría oscilar entre el 10% y el 14% de la plantilla, hasta unos 1.000 trabajadores de los casi 7.000 que componen el grupo. La entidad cuenta con entre unos 600 y 800 empleados de 56 años o más que podrían entrar en un proceso de prejubilaciones.
El proceso de integración de Caja España Duero y Unicaja ha venido acompañado en los últimos años de ajustes de plantilla, en el caso de España-Duero sustanciadas en dos ERE y en el de Unicaja con una reducción de plantilla por la vía vegetativa, abordada mediante prejubilaciones voluntarias individualmente acordadas. De este modo, una plantilla que llegó a pasar de 10.000 personas se sitúa en unas 7.000 actualmente.
En el último ERE acometido en 2016, Caja España-Duero acordó con los sindicatos un recorte de 850 empleos hasta diciembre de 2018.
