El muerto al hoyo y todos los vivos al pollo

Cuba

El muerto al hoyo y todos los vivos al pollo

Ir a un centro comercial donde en ese momento se venda pollo congelado entero o por partes, es como asistir obligados al acto de la desactivación de una bomba.

Cuba La Habana Che Guevara tienda

La de nunca acabar: estabilizar la oferta en el mercado cubano. Sus vaivenes son tan cotidianos, que la gente no tiene otra opción que la del criticado acaparamiento. Ir a un centro comercial donde en ese momento se venda pollo congelado entero o por partes, es como asistir obligados al acto de la desactivación de una bomba.

Las personas se intranquilizan en la fila, se ponen nerviosas tras fijar con fuerza la vista entre la nevera y las manos de los que le corresponde comprar. Y es que está pasando lo que hace pocos meses no sucedía porque no son los dueños de restaurantes o cafeterías privados los que arrasan a falta de un mercado mayorista, sino que se trata también del simple consumidor que, móvil en mano, avisa a familiares y amigos para recibir indicaciones de cuántos paquetes comprar. “Vuelan” los animalitos.

Al parecer, sigue en discusión el anuncio reciente de la ministra de Comercio Interior con la propuesta de regular 48 productos. Tal determinación de las autoridades sería quizás lo más acertado porque lo contrario, aumentar la oferta, es como las socorridas peras (no manzanas) al olmo. Mientras tanto, en una variante de la orden del atracador callejero, la alternativa no es otra que el pollo o la vida porque ni soñar con el pescado o la carne de res.

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