Los científicos también juegan al fútbol

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Los científicos también juegan al fútbol

"Por fin hemos comprendido cual es la mejor forma de adaptar las metodologías de la ciencia de las redes para comprender qué ocurre en un campo de fútbol".

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Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y otros centros internacionales han utilizado la ciencia de las redes para analizar los partidos de fútbol, considerando a los jugadores como nodos y a los pases como enlaces. Los resultados ayudan a valorar el rendimiento de un jugador dentro del equipo y especular sobre las consecuencias de eventuales fichajes, una información muy útil para técnicos y casas de apuestas.

Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology y liderado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) explica como utilizar metodologías de las redes complejas para analizar el juego de los equipos de fútbol.

“En los próximos años el análisis del juego y rendimiento de un equipo de fútbol va a cambiar radicalmente”. Así lo explica Javier M. Buldú, investigador de Laboratorio de Redes Biológicas (UPM-URJC) del Centro de Tecnología Biomédica y coordinador de un artículo.

“Después de varios años hablando con físicos, matemáticos, analistas de datos, entrenadores y jugadores, por fin hemos comprendido cual es la mejor forma de adaptar las metodologías de la ciencia de las redes para comprender qué ocurre en un campo de fútbol”, añade.

«Por fin hemos comprendido cual es la mejor forma de adaptar las metodologías de la ciencia de las redes para comprender qué ocurre en un campo de fútbol»

La pregunta no es si los equipos de primera división incorporarán esta metodología para preparar los partidos, sino cuánto tiempo van a tardar en hacerlo

El trabajo, desarrollado junto con investigadores de otros centros españoles (ESADE y Telefónica) e internacionales, se centra en definir la forma más adecuada de transformar los eventos que suceden durante un partido fútbol en una red compleja, formada por nodos (jugadores) y enlaces (pases), para su posterior análisis matemático.

“La clave es entender las acciones de un jugador como el resultado de la interacción con sus compañeros y, al mismo tiempo, con sus rivales. Hasta ahora el análisis se centraba en datos aislados del jugador (pases completados, goles, recuperaciones, …), sin embargo no se puede analizar a un jugador sin tener en cuenta lo que ocurre en su entorno. Y este es el paradigma sobre el que se basan las ciencias de la complejidad”, explica Javier Galeano, investigador de la UPM y coautor del estudio.

La ciencia de las redes, también conocida como teoría de redes complejas, se basa en el análisis de la estructura de una red para explicar los procesos que en ella ocurren. Esta metodología, todavía muy novedosa, se ha aplicado en infinidad de problemas de naturaleza muy diferente; desde la aparición de un trending topic en Twitter, hasta el colapso de las redes eléctricas durante un apagón, pasando por la desaparición de ecosistemas.

Redes vivas de pases entre jugadores

Sin embargo, cuando este tipo de análisis se quiere aplicar al fútbol, la complejidad del juego requiere de la definición de nuevas métricas capaces de dar sentido y utilidad a los resultados. “Las redes de pases entre jugadores evolucionan en el espacio y en el tiempo. Están vivas. Se mueven. Y todo ello lo hacen en continua interacción con la red del equipo rival. Es por ello que debemos adaptar métricas clásicas de redes a este nuevo problema. La construcción de redes multicapas o redes-de-redes pueden ser una solución, pero el espacio y el tiempo juegan un papel fundamental”, asegura Buldú.

Los autores se hicieron con los datos de varias temporadas de todos los equipos de primera división y comenzaron a desmenuzarlos. Pases, recuperaciones, faltas, ocasiones de gol, todo ello con sus coordenadas espaciales y temporales. “Ha sido complejo, ya que al principio obteníamos resultados que no tenían mucho sentido. Sin embargo, finalmente comprendimos que cuanta más información incluyéramos en la construcción de las redes de ambos equipos, tanto mejor. Y así hemos empezado a obtener resultados muy interesantes”, comenta Galeano.

Javier Busquets, director del Executive Máster en Digital Business de ESADE, que también ha participado en el estudio, cree que las aplicaciones de este tipo de análisis no tienen límite ya que “partiendo de la construcción de las redes de cada equipo se puede analizar cuál es el papel de cada jugador en la red, cómo se reparten las funciones entre todos o si existen subconjuntos de jugadores, llamados motifs, que condicionan el juego de todo el equipo. Y lo que es más importante, se puede cuantificar, lo que puede ser utilizado para valorar el rendimiento de un jugador en el equipo o especular sobre las consecuencias de eventuales fichajes”.

Y es que este tipo de análisis puede ser fundamental no solo para los técnicos de un equipo de fútbol, sino también para agencias de scouting o casas de apuestas. “La pregunta no es si los equipos de primera división deben incorporar esta metodología en la preparación de un partido, sino cuánto tiempo van a tardar en hacerlo”, asegura Busquets.

“Ya tenemos la metodología apunto. Es el momento de aplicarla de forma práctica en el desempeño de los equipos”, afirma el investigador. «El análisis de datos parece ser clave para comprender la evolución y adaptación del juego a lo largo de un encuentro, y adicionalmente se abre la puerta a estudiar la competitividad como la interacción entre las redes que forman los equipos y la conceptualización de la generación de espacios de superioridad. No se trata tanto de tener el balón, sino de anticiparse al equipo contrario de forma sistemática”.

Fuente: SINC

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