Préstamos personales versus las 3 efes

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Préstamos personales versus las 3 efes

En este artículo, vamos a explicarte en qué consisten las 3 efes y cómo pueden compararse con los préstamos personales.

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Cuando se trata de conseguir financiación, la mayor parte de las personas piensa de forma automática en los bancos. Solicitar un préstamo personal es casi un hábito adquirido tras el paso de generaciones.

No obstante, hay otras maneras de conseguir el dinero o, al menos, parte del dinero que necesitemos. Estas alternativas pueden englobarse en lo que se conoce como las 3 efes.

En este artículo, vamos a explicarte en qué consisten las 3 efes y cómo pueden compararse con los préstamos personales.

¿Qué son las 3 efes de la financiación?

Las 3 efes aluden a la expresión anglosajona “Family, friends and fools”; o lo que es lo mismo “familia, amigos y locos”. Analicemos cada uno de estos grupos y el potencial de financiación que representan.

La familia como mecanismo de financiación

La familia reúne al conjunto de personas del entorno más cercano a quien necesita de financiación. La proximidad y cercanía contribuyen a que estas personas confíen en la buena voluntad y buen hacer de aquel familiar al que prestan su dinero, por lo que las probabilidades de contar con su apoyo son muy elevadas.

Además, también es de esperar una amplia flexibilidad en lo que se refiere al establecimiento de los plazos para devolver el dinero recibido, así como la más que previsible ausencia de intereses

No obstante, siempre existe el riesgo de que el excesivo nivel de confianza también implique alguna injerencia no deseada por parte del familiar prestamista. Por ejemplo, si el préstamo está destinado a la creación de un negocio, es posible que el familiar que he prestado el dinero se considere con legitimidad para influir sobre algunas decisiones del negocio.

Por ese motivo, es imprescindible aclarar de forma anticipada y muy clara cuáles son las condiciones en las cuales se presta el dinero.

Por otro lado, la confianza depositada en la persona que recibe el dinero también puede convertirse en una gran losa que cargar de forma permanente hasta que se haya devuelto todo lo recibido.

Los amigos como mecanismos de financiación

Las amistades son otra alternativa a la financiación bancaria tradicional. Se trata de un caso muy similar al de las amistades. No obstante, el vínculo presenta algunas diferencias.

Dependiendo de cuál sea el nivel de confianza, es posible que las amistades se muestren tanto o más proclives a prestar el dinero. De hecho, quizá tengan interés en participar en el proyecto que se vaya a financiar, si es que ése es el caso.

Por regla general, las condiciones que aplican a la familia también suelen influir al de las amistades, aunque con un nivel de intensidad menor, salvo que nuestra relación sea más próxima que con nuestra propia familia, algo que, de hecho, se da en muchos casos.

Los locos como mecanismos de financiación

Por último, el término “locos” alude a todo el conjunto de personas que, sin estar englobadas en las categorías anteriores, deciden prestar su dinero.

Sin duda, el nivel de riesgo que asumen es incluso mayor que en los casos anteriores, dado que carecen de la información que pudieran tener los familiares o amigos acerca de la persona a la que prestan el dinero.

Además de este aspecto, la principal diferencia radica en que los locos prestan su dinero más por su confianza en la idea propuesta que en la persona que lo recibe. En el mejor de los casos, se trata de un acto de fe; esto es, la persona les explica su proyecto o idea y logran convencer al “loco” de que son merecedores de su confianza y están decididos a sacar adelante dicho proyecto y devolver el dinero.

Comparación entre el préstamo y las 3 efes

Dicho esto, procedamos a comparar los préstamos personales habituales con las 3 efes que acabamos de explicar.

Ausencia de intereses

Como es natural, los préstamos bancarios están sometidos al pago del correspondiente interés acordado contractualmente.

Por el contrario, en el caso de las 3 efes –y especialmente, cuando se trata de la familia- es frecuente que el prestamista no nos reclame interés alguno, sino que tan sólo debamos devolver el importe recibido originalmente.

Dicho esto, siempre cabe la posibilidad de llegar a un acuerdo con el familiar, amigo o loco para compensarle de alguna manera, ya sea mediante el pago de intereses o utilizando algún otro mecanismo que sirva de recompensa o muestra de agradecimiento.

Flexibilidad en los plazos de devolución

El plazo de amortización del préstamo también es un aspecto que viene determinado por el acuerdo contractual firmado por el banco. Incumplir los plazos puede suponer la aplicación de recargos e intereses de demora, que contribuirán a encarecer toda la operación.

Al igual que sucedía con el caso anterior, las 3 efes suelen mostrarse más compresivas en caso de que la persona que ha recibido el dinero tenga algún tipo de retraso en la devolución del dinero, sin que por ello, deba asumir penalización alguna.

La confianza también genera mayor responsabilidad

El aspecto en que el que quizá los préstamos personales son más recomendables en lo que se refiere a la responsabilidad asumida. Por supuesto, pedir un préstamo al banco implica asumir un gran compromiso. Sin embargo, difícilmente puede compararse con el hecho de haber tomado el dinero de una persona cercana y conocida que ha depositado nuestra confianza en nosotros.

La carga de responsabilidad que esto supone conviene ser tenida en cuenta, antes de pedir un dinero que no estamos seguros de si vamos a poder devolver.

Posibilidad de conseguir el dinero sin avales ni garantías

Finalmente, no debemos olvidar que las entidades bancarias suelen solicitar la prueba de ingresos estables, así como la presentación de avales y garantías similares.

La familia, amistades y locos tienden a ignorar este aspecto de forma manifiesta, pues el préstamo se basa en la confianza.

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