Ofensiva internacional para atajar el blanqueo de dinero a través de criptomonedas

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Ofensiva internacional para atajar el blanqueo de dinero a través de criptomonedas

El Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF), cerca de alcanzar un “consenso entre naciones” para combatir de manera coordinada el blanqueo con monedas virtuales.

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Una de las críticas más habituales que han recibido las criptomonedas, como el popular bitcoin, es que son utilizadas para actividades ilegales como el blanqueo de dinero o incluso la financiación de grupo terroristas. Ahora, el Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF, por sus siglas en inglés) ha puesto cartas en el asunto para acordar una serie de estándares que cierren las “brechas” entre las diferentes legislaciones nacionales.

“Es esencial que establezcamos un conjunto global de estándares que se apliquen de manera uniforme”, ha apuntado el presidente de la institución, Marshall Billingslea, en unas declaraciones recogidas por Financial Times. El grupo de trabajo ha logrado un progreso significativo para alcanzar un “consenso entre naciones” después de que el G20 solicitara a FATF, institución nacida en 1989 para desarrollar políticas que ayuden a combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, que abordase este asunto con carácter de urgencia.

Para Billingslea, las normativas contra el blanqueo de dinero en relación con los activos digitales y las monedas virtuales es “en gran medida una colcha de retazos” que está “creando vulnerabilidades significativas para los sistemas financieros nacionales e internacionales”.

China y Corea del Sur han tomado medidas drásticas contra el sector, mientras que otros países, como Suiza o Gibraltar pero también Francia, están elaborando unos marcos legales que a la vez que vigilar intentan atraer negocios fintech.

A diferencia de sus parientes físicas, las criptomonedas no están reguladas por los bancos centrales, sino que se mantienen digitalmente a través de identidades electrónicas que en muchos casos permiten que sus propietarios permanezcan en el anonimato. Como resultado, habitualmente han sido vinculadas a actividades ilegales. El propio Billingslea reconoce que existen preocupaciones sobre un uso creciente de las monedas digitales por parte de organizaciones terroristas como Isis, así como en prácticas de extorsión como los ataques de WannaCry.

Sus palabras se producen después de que algunos observadores argumentaran que autoridades como Europol deberían diseñar un sistema centralizado que señale carteras de criptomonedas vinculadas a actividades sospechosas, de modo que puedan bloquear a los propietarios intercambiando esos fondos por dinero en efectivo. A pesar de los riesgos asociados con los activos digitales, Billingslea también considera que suponen “una gran oportunidad”·. En términos de regulación, “no se puede ir demasiado lejos en una dirección u otra”, ya que Blockchain, la tecnología que respalda los activos virtuales, “continuará evolucionando”.

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